Las ciudades inteligentes pasaron de ser un concepto futurista a una realidad concreta donde la tecnología se integra a la perfección en nuestra vida cotidiana. Estos grandes centros urbanos dependen de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para impulsar el desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida de sus residentes.
Se calcula que en 2024 habrá más de 1.300 millones de conexiones a Internet alimentando estas ciudades inteligentes. Sin embargo, junto con esta promesa de progreso vienen importantes retos de ciberseguridad.
Check Point® Software Technologies advierte que, a medida que estas ciudades inteligentes se vuelven más complejas, su vulnerabilidad a los ciberataques aumenta exponencialmente. La interconectividad de las extensas redes proporciona a los ciberdelincuentes un escenario ideal para explotar todas las vulnerabilidades potenciales.
Por lo tanto, la ciberseguridad se convirtió en una preocupación primordial para estas ciudades digitales, en las que convergen a diario entidades públicas y privadas, junto a miles de dispositivos IoT.
El intercambio masivo de datos exige estrategias de seguridad rigurosas. Los desafíos incluyen controlar la multitud de dispositivos conectados, proteger las operaciones automatizadas, asegurar la información crítica y permanecer alerta ante las vulnerabilidades de la cadena de suministro de las TIC. Además, mantener la infraestructura tecnológica actualizada con las últimas medidas de seguridad es imperativo para salvaguardar el bienestar de los ciudadanos y las operaciones cotidianas de estas ciudades inteligentes.
Controlar todos los dispositivos conectados
Una multitud de aparatos IoT que controlan todo, desde CCTV y gestión de semáforos hasta datos personales y financieros de empresas, podrían estar conectados a una red en cualquier momento. En teoría, esto suena ideal para una comunicación y gestión sin fisuras, pero en la práctica, según Check Point Software, ofrece a los ciberdelincuentes miles de posibles puntos de entrada para lanzar un ataque.
Proteger cada operación de la infraestructura
La automatización aporta muchos beneficios a todo tipo de operaciones para las ciudades inteligentes, reduciendo la necesidad de control humano directo sobre dichos sistemas. “El aumento de sensores implica más conexiones que supervisar y gestionar. Estas podrían verse como más objetivos a comprometer a través de vulnerabilidades”, deslizan en diálogo con InnovaciónDigital360.
Mejorar la protección de datos
Los datos están en el corazón de cualquier ciudad inteligente y son fundamentales para llevar a cabo las operaciones diarias. Sin embargo, muchas carecen de los procesos adecuados para garantizar que esta información se gestiona de forma segura. Si una base de datos no se controla correctamente, puede resultar fácil para los ciberdelincuentes atacarla y ponerla en peligro, con la consiguiente filtración o robo de datos confidenciales.
Conocer los riesgos de la cadena de suministro de las TIC y de los proveedores
Esto fue particularmente evidente durante la reciente vulnerabilidad de ‘zero-day’ encontrada en el software de transferencia de archivos MOVEit, que posteriormente fue explotada como parte de un ataque de ransomware a gran escala, describen. “Los atacantes siguen centrándose en los eslabones más débiles y, por lo tanto, atacar los sistemas de infraestructuras inteligentes está destinado a ser un objetivo lucrativo. Para combatirlo, es fundamental que se adopten prácticas seguras por diseño y por defecto”, añaden.
Contar con la última tecnología
Muchas ciudades tienen infraestructuras y redes construidas con tecnología obsoleta, lo que las hace susceptibles de sufrir ciberataques. Garantizar que los sistemas estén al día con las últimas actualizaciones de software y parches de seguridad es primordial. Este aspecto es fundamental para el éxito de cualquier ciudad inteligente y disponer de sistemas resistentes debe ser una prioridad.
Incrementar el grado de la seguridad
Vinculado directamente a la tecnología obsoleta, contar con protocolos de seguridad ineficaces expone a las ciudades inteligentes a sufrir numerosas amenazas maliciosas. Esto deja a los ciudadanos y a las organizaciones a merced de filtraciones de datos, robos de identidad y pérdida de información sensible. Proteger la infraestructura existente con medidas de seguridad sólidas podría evitar una brecha potencialmente desastrosa.