Con la innovación tecnológica como base y promoviendo un ecosistema de servicios financieros cada vez más amplio, el Open Banking (OB), incluyendo la banca tradicional, los Neobancos, las Fintechs, Comercios y Proveedores; se esfuerzan por crear experiencias cada vez más integradas para sus clientes y usuarios.
Se considera OB a la práctica de compartir a terceros información financiera de forma digital, segura y en las condiciones que los clientes aprueban a través de una interfaz de programación de aplicaciones en abierto (API por sus siglas en inglés).
Al respecto, referentes del Open Banking en Latinoamérica sostienen que el OB contribuyó notablemente en la “aceleración de la transformación del sector financiero”, a partir del surgimiento de “productos y servicios innovadores” construidos sobre estas bases.
En la actualidad, hay muchas empresas de diferentes sectores y áreas que le están sacando provecho a la infraestructura financiera construida sobre Open Banking. Desde ese lugar, los especialistas mencionan tres ejemplos concretos en los que su implementación puede resultar altamente efectiva.
Score de crédito a la medida
A través de OB – deslizan -los modelos de evaluación de riesgo crediticio pueden ser robustecidos sacando provecho del historial de transacciones en cuentas de ahorro y cheques, analizando la relación entre ingresos y gastos, “para construir un perfil de riesgo en segundos que ayude a identificar indicadores de impago, a partir de los patrones de gasto encontrados en los movimientos bancarios”.
Tarjetas de crédito más conveniente en un mercado abierto
El OB abre una vía que propicia la creación de mercados abiertos o marketplaces, en los cuales los proveedores financieros pueden construir servicios que aprovechen el historial de transacciones bancarias de los consumidores y el análisis de sus patrones de consumo, para así recomendar la tarjeta de crédito más conveniente para distintos estilos de vida.
Una primera línea de crédito inteligente
Hoy resulta común encontrar en la región startups que brindan servicios bancarios cien por ciento digitales y ofrecen una tarjeta de crédito como su producto de entrada.
Sin embargo, el hecho de que el grueso de sus potenciales clientes tenga historiales financieros vinculados a algunas de las grandes instituciones financieras, “el proceso de contratación de este servicio suele requerir la solicitud de estados de cuenta que avalen una buena capacidad de pago del solicitante”.
Teniendo en cuenta esta realidad, los mismos expertos afirman que estas entidades pueden emplear Open Banking “para diseñar productos más ajustados a los patrones de consumo o situación financiera real de sus prospectos”. De esta manera – dice – podrían ofrecerles líneas de crédito más amplias para que las que antes no eran elegibles.