Cuántica

Quantum Dots: Qué son y cómo pueden utilizarse en la informática cuántica

Su estudio le valió a los científicos Moungi Bawendi, Louis Brus y Alexei Ekimov el Premio Nobel de Química 2023.

Publicado el 21 Nov 2023

Quantum Dots

En el interminable tejido de la innovación científica y tecnológica, un hilo brillante captó la atención del mundo académico y de la industria: los puntos cuánticos, o Quantum Dots para los entendidos. 

Estas diminutas partículas están redefiniendo las leyes de la química y la física, y su impacto puede ser comparable al de una pequeña revolución silenciosa. No es casualidad que el Premio Nobel de Química 2023 haya sido concedido a Moungi Bawendi, Louis Brus y Alexei Ekimov, los pioneros que desvelaron las asombrosas propiedades de estos nanocristales semiconductores.

Quantum Dots, qué son

Pero, ¿qué hace que los Quantum Dots sean tan especiales? En un mundo en el que la composición química se consideró durante mucho tiempo la clave para descifrar las propiedades de un material, estos científicos demostraron que el tamaño puede ser igual de crucial. Es como si hubieran abierto una ventana a una realidad paralela del reino cuántico, donde se desafían las reglas convencionales.

Imaginá un cristal que, al ser golpeado por un haz de luz ultravioleta, atrapa electrones en una danza frenética. Estos electrones, separados de sus átomos anfitriones, permanecen confinados en el cristal hasta que liberan la energía absorbida, emitiendo un nuevo pulso de luz. Y aquí está lo hermoso: la longitud de onda de esta luz reemitida está directamente relacionada con el tamaño del propio cristal. En otras palabras, manipulando el tamaño del “punto” cuántico, podemos controlar las propiedades de la luz emitida. Es como tener todo un arco iris en un único y diminuto cristal.

Mientras navegamos por el intrigante mundo de los Quantum Dots, siguiendo los pasos de eminentes científicos galardonados con el Premio Nobel, nos adentraremos en las innovaciones que están transformando radicalmente el escenario tecnológico.

Evolución histórica de la tecnología Quantum Dots

El Nobel de Química 2023 rindió homenaje a las brillantes mentes de Moungi Bawendi, Louis Brus y Alexei Ekimov, otorgándoles un reconocimiento mundial por sus revolucionarios descubrimientos en el campo de los puntos cuánticos (QD). Este premio abrió la puerta a una comprensión más profunda del dominio cuántico, mostrando al mundo que las propiedades de un material pueden estar determinadas esencialmente por su tamaño y no por su composición química. Este descubrimiento reveló una realidad contraintuitiva, revelando una vía inexplorada de potencial y aplicaciones.

Los Quantum Dots representan una clase de materiales especialmente intrigante, ya que se clasifican como nanocristales semiconductores. Encarnan una estructura química singular en la que se produce un fenómeno fascinante cuando son alcanzados por un pulso de luz ultravioleta. Los electrones de los QD son catapultados fuera de sus átomos anfitriones y se convierten atrapados en el interior del cristal.

Puntos cuánticos

Esta condición de “atrapados” persiste hasta que los electrones son capaces de reemitir la energía absorbida en forma de otro pulso de luz, lo que les permite volver a su estado original. La esencia de este proceso reside en el hecho de que la longitud de onda de la luz reemitida depende estrictamente del tamaño del “punto” o, más técnicamente, del nanocristal, de ahí el término “puntos cuánticos”.

La singularidad de los QD no se limita a su intrigante comportamiento físico, sino que se extiende a la amplia gama de aplicaciones tecnológicas que los hacen herramientas poderosas y flexibles. La capacidad de modular la luz con tanta precisión, simplemente manipulando el tamaño de los QD, representa un hito en el progreso tecnológico. La magnitud de este descubrimiento hizo de los Quantum Dots un tema candente no solo en la comunidad científica, sino también en las industrias que buscan incorporar innovaciones revolucionarias a sus productos y servicios.

Implicaciones multisectoriales de los Quantum Dots

La flexibilidad y singularidad de los Quantum Dots han catalizado su aplicación intersectorial en multitud de campos industriales y científicos. Su capacidad inherente para manipular la luz en longitudes de onda específicas, resultado de sus propiedades cuánticas, estrenó un amplio abanico de posibilidades innovadoras.

En el ámbito de la iluminación y la fabricación de paneles solares, los QD mostraron un impacto considerable. Su capacidad para emitir luz en longitudes de onda específicas y controlables ofrece un enorme potencial para mejorar la eficacia y la reproducción cromática en los sistemas de iluminación. Además, los QD encontraron un lugar importante en la tecnología solar, ayudando a elevar la eficiencia de las células fotovoltaicas mediante una gestión optimizada del espectro solar.

La tecnología de pantallas es otro ámbito que se benefició enormemente de las peculiaridades de las QD. Los llamados televisores y monitores “cuánticos” representan un salto cualitativo en la reproducción del color y la definición de la imagen. Gracias a los QD, estas tecnologías prometen colores más vivos, una gama cromática más amplia y una mayor durabilidad que las tecnologías de visualización tradicionales.

La imagen biomédica es un área en la que las QD se muestran revolucionariamente prometedoras. Su capacidad para emitir señales luminosas intensas y estables las hace valiosas herramientas para la visualización y detección de estructuras celulares y moleculares. Esto tiene profundas implicaciones para el diagnóstico precoz y la investigación médica, ya que mejora la capacidad de investigadores y médicos para analizar y comprender los procesos biológicos a nivel molecular y celular.

Puntos cuánticos

El avance de la nanotecnología: Christopher Murray

En la Universidad de Pensilvania, Christopher B. Murray, un genio en el campo de la nanotecnología, revela con fervor los detalles de su histórica colaboración con Moungi Bawendi. Esta alianza académica no solo dejó una huella indeleble en el mundo científico, sino que también abrió nuevos horizontes en la producción de puntos cuánticos, haciéndola potencialmente escalable. No se trata solo de una cuestión de cantidad, sino de un control más sofisticado de los sistemas y de un terreno sólido para su futura exploración y desarrollo.

Murray, con la sabiduría de quien vio evolucionar el campo, señala cómo el enfoque de la investigación sobre los QD cambió con el tiempo. Mientras que el interés gravitó inicialmente hacia la óptica no lineal y la electroóptica, hoy la historia es muy diferente.

Los QD se están infiltrando en una gran variedad de áreas, desde la tecnología de visualización hasta la obtención de imágenes biomédicas, pasando incluso por la energía solar. No se trata solo de una cuestión de versatilidad, sino de un potencial real para revolucionar las células fotovoltaicas e incluso para detectar células cancerosas. En otras palabras, los QD están tendiendo un puente multidisciplinar que conecta la ciencia de los materiales, la física y la medicina.

Pero Murray no se detiene ahí. Su entusiasmo es palpable cuando habla de las perspectivas que surgen del acoplamiento de los QD con otras estructuras a nanoescala. Imagina nuevas arquitecturas de estado sólido, diseñadas con precisión milimétrica, que podrían abrir la puerta de par en par a un universo de aplicaciones aún inexploradas. Esta sinergia entre los QD y otras nanoestructuras podría dar lugar a materiales funcionales con propiedades ópticas, electrónicas y mecánicas avanzadas, catalizando una nueva ola de innovación tecnológica.

La visión de Murray es un fascinante viaje al presente de la nanotecnología y un convincente anticipo de lo que podría ser el futuro, un futuro en el que los límites parecen ser solo los de nuestra imaginación.

Puntos cuánticos

Innovaciones en informática cuántica con Quantum Dots

En las profundidades de los laboratorios de QuTech, una audaz colaboración entre la Universidad Tecnológica de Delft y la TNO, un equipo de investigadores está escribiendo una nueva página en la historia de la computación cuántica. ¿Y en el corazón de esta revolución científica? Los puntos cuánticos, nanocristales semiconductores que están demostrando ser algo más que una curiosidad académica.

Durante años, la escalabilidad fue el talón de Aquiles de la informática cuántica. Cada qubit, la unidad fundamental que alimenta los ordenadores cuánticos, requería su propia línea de direcciones y un conjunto de componentes electrónicos de control. Un enfoque que, aunque funcional a pequeña escala, se convertía rápidamente en poco práctico cuando se trataba de sistemas más grandes. Pero el equipo de QuTech ideó una solución tan elegante como eficaz: un sistema de coordenadas que se asemeja a un tablero de ajedrez y que permite direccionar un gran número de QD con un número reducido de líneas de control.

No se trata solo de un avance técnico, sino de un cambio de paradigma que acerca los qubits a los transistores de las computadoras clásicas. Imaginen un mundo en el que millones de qubits puedan controlarse con “solo” miles de líneas. Esto ya no es un sueño, sino una realidad concreta que esta innovación hace posible.

Y el equipo de QuTech no tiene intención de aminorar el paso. Ya demostraron la eficacia de su sistema con una matriz de 16 Quantum Dots, estableciendo un nuevo estándar de fidelidad operativa del 99,992%. Y por si fuera poco, utilizaron germanio como material huésped, un elemento cuyas propiedades favorables lo hacen vislumbrarse como un actor importante en el futuro de la informática cuántica.

Pero las ambiciones de QuTech van más allá de la mera computación. Han analizado el uso de los QD en el campo de la simulación cuántica, demostrando que un conjunto de Quantum Dots de germanio puede realizar simulaciones coherentes. Esto abre nuevas vías para abordar cuestiones sin resolver en física, proporcionando nuevas herramientas para sondear los misterios del universo.

Lo que está apareciendo en los laboratorios de QuTech no es solo una serie de avances tecnológicos, sino un nuevo capítulo en la historia de la ciencia, que muy bien podría cambiar la forma en que entendemos e interactuamos con el mundo cuántico.

Conclusiones y perspectivas de futuro

En el centro de la innovación científica, los puntos cuánticos se están convirtiendo en un elemento cada vez más destacado, y el Premio Nobel de Química 2023 es la prueba más clara de ello. Este prestigioso galardón es un homenaje a los pioneros que desvelaron las extraordinarias propiedades de estos nanocristales semiconductores, y también una señal inequívoca del potencial revolucionario que los QD traen consigo.

Pero, ¿cuáles son los territorios inexplorados que están estrenando estos diminutos cristales? La respuesta es tan sencilla como fascinante: prácticamente todas las áreas clave de la tecnología y la ciencia. Y entre ellas, la informática cuántica aparece como una de las áreas más prometedoras. Acá, los QD son un elemento central que bien podría marcar el ritmo de la innovación durante décadas.

No se trata de meras especulaciones o fantasías futuristas. La continua evolución de la investigación en este campo ya está dando forma a un futuro en el que las QD serán relevantes e indispensables. Y mientras los laboratorios de todo el mundo bullen de actividad, tratando de superar los límites de lo posible, una cosa es segura: los QD están aquí para quedarse y dar forma al futuro de la ciencia y la tecnología.

Apéndice

Moungi G. Bawendi, nacido en 1961 en París. Doctorado en 1988 en la Universidad de Chicago, IL, EE UU. Profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Cambridge, EE UU.

Louis E. Brus, nacido en 1943 en Cleveland, OH, EE.UU.. Doctorado en 1969 en la Universidad de Columbia, Nueva York, EE.UU.. Profesor en la Universidad de Columbia, Nueva York.

Alexei I. Ekimov, nacido en 1945 en la antigua URSS. Doctorado en 1974 en el Instituto Físico-Técnico Ioffe, San Petersburgo, Rusia. Ex científico jefe de Nanocrystals Technology Inc, Nueva York, EE UU.

Las ilustraciones son de uso libre para fines no comerciales. Crédito “© Johan Jarnestad/La Real Academia Sueca de las Ciencias”

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Andrea Viliotti

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