En medio de un año electoral, el rol de los Chief Security Officers (CSOs) o responsables de seguridad en las empresas nacionales, se vuelve más relevante de lo habitual. La incertidumbre y variabilidad pueden tener gran impacto en las compañías, y las decisiones de sus directivos son esenciales para garantizar la seguridad de la información, de las operaciones y la protección de los activos.
Según el “Informe Mundial de Seguridad” de la multinacional de servicios de seguridad G4S, la inestabilidad económica y la interrupción del suministro de energía representan las mayores preocupaciones para los directivos de seguridad de Argentina, cobrando más peso que en cualquier otro país de América Latina. Así se desprende del relevamiento realizado a 1.775 responsables de seguridad de empresas de todo el mundo (que en conjunto representan más de 20 billones de dólares).
“En relación a las amenazas de seguridad externas que se prevén en el corto plazo, el informe indica una lógica y marcada preocupación por el proceso electoral en curso y la incertidumbre económica. En este sentido, una creciente actividad sindical que procura recomposiciones salariales que mitiguen el impacto inflacionario, la informalidad en la industria de la seguridad y la sostenida preocupación social que genera la situación económica, se consolidan como factores de riesgo emergentes para la seguridad local”, afirmó Fernando Pesce, Country Manager de G4S en Argentina.
Los dos principales riesgos de seguridad
La inestabilidad económica
El 55% de los CSOs del país la señalaron como el peligro más importante para la seguridad de sus empresas en los próximos 12 meses. Esta cifra supera tanto la media mundial (47%) como la media latinoamericana (43%) y es superior a la de cualquier otro país latinoamericano encuestado.
La interrupción del suministro energético
El 46% de los encuestados coincidió que en segundo lugar esta es la amenaza que más afecta a la seguridad de las compañías argentinas. De nuevo, la cifra supera ampliamente la media mundial (33%), la media latinoamericana (29%) y las respuestas de los CSO de Colombia (30%), Chile (25%), Brasil (21%) y México (20%).
Por otro lado, el 42% de los CSOs están preocupados por la seguridad interna en nuestro país y afirman que es la razón más probable para aumentar el presupuesto en seguridad física.
Los riesgos internos
La filtración de información sensible
Se percibe como la amenaza a la seguridad interna más probable en el país en los próximos 12 meses, con un 37%. Aunque esta cifra es ligeramente superior a la media mundial y latinoamericana (36% y 34%), es inferior a la del vecino Chile, donde el 44% de los CSO la consideran la amenaza interna más importante, según revela el informe.
El robo de propiedad física de las empresas
Se considera la segunda amenaza más genuina para la seguridad interna de sus compañías en el próximo año, superando los promedios mundiales y latinoamericanos, así como los de otros países de la región.
“Con la previsión de que el malestar económico afecte significativamente a varios de los países más grandes de la región, es casi seguro que los grupos criminales organizados, que a menudo son muy sofisticados, se volverán más activos y sigilosos. Los responsables de seguridad deben estar atentos a las amenazas internas y externas, tales como el robo de activos o de información, el fraude y la filtración de información sensible”, explicó Jesús Rosano, Director General Regional para América Latina de G4S.
El futuro de la seguridad: la tecnología
La introducción de nuevas tecnologías es una prioridad presupuestaria en materia de seguridad para tres de cada cinco encuestados. “Una mayor inversión en tecnología inteligente, como la IA, y en personal de seguridad de confianza y de buena reputación con las habilidades, formación y valores adecuados, conformarán la defensa más eficaz que las empresas pueden establecer para mitigar el impacto”, adelantó Rosano.
A pesar de que el 91% de los CSO coinciden en que la tecnología está mejorando la eficacia general de las operaciones de seguridad, actualmente en Argentina se utiliza para la seguridad física una tecnología mínima o más básica que en los demás países latinoamericanos. Casi dos quintas partes afirman utilizar tecnologías de última generación e innovadoras en sus operaciones de seguridad. Pero esperan aumentar significativamente su adopción en el próximo año, con un incremento del 39% al 57%.
De ese modo, para el 63% de los CSO argentinos, tanto la introducción de nuevas tecnologías como la formación del personal son las principales prioridades presupuestarias en materia de seguridad para los próximos 12 meses. “Observando las tendencias del reporte, se evidencia el gran interés de las empresas por adoptar tecnologías para la detección de incidentes y amenazas en tiempo real. Coincidimos en el desafío que implica el reentrenamiento del personal de seguridad para que pueda incorporarlas eficazmente. La extensión geográfica de Argentina y los riesgos propios de cada región, demandan soluciones particulares para cada industria”, concluyó Pesce.