En septiembre del año pasado, el Banco Central de Chile había comunicado que tenía en mente para comienzos de 2022, analizar la emisión de una moneda digital. Si bien esta idea se retrasó, hace poco trascendió que el organismo había formado un grupo de especialistas de “alto nivel”, con la idea de llevar adelante una estrategia de mediano- largo plazo hacia esa dirección.
A través de un comunicado, la entidad expresó en su momento que la implementación de una moneda digital podría contribuir al desarrollo de un sistema de pagos “más competitivo, innovador, integrado, resiliente e inclusivo”.
También, dijo que podría potenciar los beneficios asociados a la transformación digital y mitigar algunos de sus riesgos. Así y todo, también exhibieron que para llevarlo a cabo se necesitará de un análisis mucho más profundo sobre cuáles serían sus beneficios y costos.
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Hacia la moneda digital
Entendiendo eso es que el Banco Central de Chile se reunirá de aquí a fin de año con especialistas en la materia, llevando adelante seminarios y mesas de trabajo con distintos actores del sistema financiero, tanto privado como público. Según pudo averiguar Innovación Digital 360, su idea es publicar un informe para el cierre de 2022 con los avances encontrados.
El organismo señaló, además, que “es necesario empezar a trabajar desde ya en la creación de capacidades al interior del Banco y avanzar en el desarrollo de proyectos concretos que permitan testear diferentes diseños”.
Adopción de Criptomonedas en Chile
Tomando datos de un estudio elaborado por Sherlock Communications, Chile fue uno de los países de la región que, en los últimos doce meses, menos interés mostró en adoptar este tipo de activos. A diferencia de naciones como Brasil, Colombia, Argentina y México; que se ubicaron en la vereda opuesta.
De todas formas, el mismo relevamiento arrojó que el 63% de los encuestados señaló que la mala actividad económica local provocaría algún tipo de interés.
A su vez, sólo un 36% dijo que debería aceptarse a las Crypto como moneda oficial en el país. Un porcentaje muy por debajo del de Brasil o Colombia, donde el 56% y 52% respectivamente se mostró a favor.
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