A medida que los avances tecnológicos se consolidan en los distintos países del mundo, se evidencia una mayor demanda de energía para que sostenga todo el caudal de artefactos electrónicos que existen. Hoy es normal que un hogar cuente con más de un aire acondicionado o un televisor, por mencionar simples casos.
Nos encontramos en un contexto donde hay países de la región que presentan serios problemas de abastecimiento energético. Tal es así, que muchos de ellos terminan importando la energía, y a valores sumamente elevados si el Estado no interviene con subsidios.
En las últimas cinco décadas, el consumo de energía se duplicó en la región de acuerdo a la Organización Latinoamericana de Energía (Olade). Según su último informe, que data de 2018, ese año se ubicó en cerca de 10 mil millones de toneladas equivalentes de petróleo. Y por desgracia, esta cifra no se proyecta a la
Colombia y los retos del sector energético
baja, sino todo lo contrario.
La realidad de Colombia
Si tenemos que hablar de Colombia específicamente, en el largo plazo se espera que la demanda crezca entre un tres, cuatro o cinco por ciento anualmente; según las proyecciones de la Unidad de Planeación Minero – Energética del país cafetero. De todas formas, estiman que para 2025 el 20% de la matriz energética de Colombia corresponderá a Fuentes No Convencionales de Energía Renovable.
Para que se entienda, las fuentes convencionales de energía son aquellas que son ampliamente comercializadas en el país. Podemos mencionar aquí al petróleo, carbón, gas natural, mineral, electricidad. Por otro lado, las No Convencionales, también llamadas “Energías Limpias”, son la energía de la biomasa, energía de pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, energía eólica, geotérmica, solar y nuclear, etc.
En diálogo con Semana, Natalia Gutiérrez, presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica, explicó que “el reto es atender la demanda creciente, pero mediante fuentes de energía renovable, esto para contrarrestar el cambio climático”.
Transición energética
Por su parte, la ejecutiva Sandra Fonseca, vinculada al sector energético, remarcó que en el último tiempo, uno de los conceptos que ganó protagonismo es el de transición energética: “Es un modelo social y económico que, además de posibilitar un cambio en las tecnologías y recursos para proveer energía, permite un cambio en el consumo a través de la decisión inteligente de los usuarios”.
Referentes del área entienden que para lograrlo necesitan involucrarse más en la transformación digital del sector. Por ejemplo, utilizando IA o Aprendizaje Automático, tecnologías que mejoran los trabajos de construcción e ingeniería de nuevas fuentes y plantas renovables.