Las finanzas descentralizadas, mejor conocidas como DeFI, transforman los productos financieros tradicionales en protocolos transparentes que funcionan sin intermediarios, utilizando redes descentralizadas y cadenas de bloques. Aportan la transparencia, seguridad y privacidad de la tecnología cripto, como explican expertos en el tema.
En octubre de 2020 había 11 mil millones de dólares depositados en protocolos DeFi. Un año después, la cifra escaló por encima de los 100 mil millones de dólares. Es por eso que se la considera una de las áreas más importantes en el ascenso del ecosistema cripto.
Aplicaciones DeFi
Casi todas las aplicaciones DeFi, en la actualidad, se basan en la cadena de bloques Ethereum, que actúa como una especie de libro de contabilidad compartido en el que se rastrea el valor digital. ¿Quiénes controlan la red? Los propios participantes que la componen, de manera descentralizada. De ahí el nombre.
Las DeFi, tal como señala una importante exchange de criptomonedas, son similares a los productos financieros tradicionales, como los plazos fijos y los préstamos. Con ellas no se necesitan intermediarios como financieras, brokers o bancos ya que la interacción es directamente entre los usuarios.
Los exchanges descentralizados y los protocolos para préstamos descentralizados, gracias a los contratos inteligentes de Ethereum, son los productos más emblemáticos de las DeFi y permiten el intercambio de tokens, su venta y compra, o el funcionamiento de estos “plazos fijos” o “préstamos”.
Qué se puede hacer en DeFi
El lending y el borrowing son los movimientos más habituales. El lending, tal como describen referentes de la industria en diálogo con Forbes, consiste en prestarle tus criptomonedas a un pool de liquidez, es decir, a una pileta donde otros usuarios cripto también vuelcan las suyas. A cambio, si ese pool se mueve, se obtiene un rendimiento. Básica y literalmente, consiste en prestar y tomar prestado cierto monto de criptomonedas o tokens.
En qué consiste ese movimiento
“Cuando del otro lado hay personas que necesitan tomar prestados esos tokens, pueden retirarlos ofreciendo una garantía (por lo general un valor equivalente en otra criptomoneda) y pagando una comisión. De ese fee se obtiene el “interés” que se le paga a quien prestó la cripto”, describen estos especialistas.
