SphereBio es una startup argentina que busca innovar en el tratamiento del cáncer mediante el desarrollo de vacunas personalizadas que entrenan al sistema inmunológico para atacar células malignas. Cofundada por Julieta Luz Porta (actual CEO), ingeniera argentina respaldada por el empresario Marcos Galperín, la empresa fue acelerada por GRIDx y obtuvo hace poco el reconocimiento del MIT.
La plataforma de SphereBio se basa en la creación de nanopartículas llamadas VLP (Virus-Like Particles), que logran introducir proteínas específicas del tumor en el interior de las células inmunes del paciente, desencadenando una respuesta dirigida y potente del sistema inmunológico.
Estas partículas tienen la capacidad de portar cientos de proteínas del tumor y logran una eficacia superior a las vacunas de ARN desarrolladas por empresas como Moderna y BioNTech. Este avance permite una mayor capacidad de respuesta inmune, al entrenar las células del propio paciente para que reconozcan y ataquen con precisión las células tumorales.
El primer objetivo de SphereBio es tratar el glioblastoma, un cáncer cerebral con pocas opciones de tratamiento y una esperanza de vida reducida. Con el apoyo de su equipo médico, liderado por el CMIO Martin Guerrero, SphereBio espera iniciar pruebas en modelos animales este año y avanzar hacia ensayos clínicos en humanos, siempre que se cumplan los requisitos de seguridad.
En una entrevista con InnovaciónDigital360, Luz Porta habla sobre la actualidad de la startup y las proyecciones de cara al futuro:
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¿Cómo fue el proceso de diseño y validación de la plataforma de nanopartículas que desarrollaron en SphereBio?
El 97% de las terapias para el cáncer no llegan al mercado. No pasan fase de humanos. Una de las razones es porque la mayoría de las drogas quedan atrapadas en el endosoma: el 99% de ellas se termina perdiendo y no llegan a las células a llevar la información del mensaje terapéutico. Resolver esto es como el santo grial para la mayoría de las terapias de montón de enfermedades que no llegan al mercado. Y esa es específicamente la limitación técnica que resolvemos en SphereBio.
Al conversar con expertos y con empresas farmacéuticas, nos dimos cuenta de que debíamos cambiar el enfoque y lo que realmente necesitábamos era imitar esta capacidad de ingreso celular sin utilizar virus. Así surgió nuestra plataforma XSpheres, que emplea nanopartículas inspiradas en los mecanismos de entrada de los virus, pero sin los riesgos asociados a los patógenos. Hoy, afortunadamente, estamos recibiendo mucho interés de empresas farmacéuticas globales y de los principales institutos de cáncer a nivel mundial, donde estos médicos quieren probarlo en sus pacientes, lo cual es indicio de que estamos por buen camino.
¿Cómo funciona la plataforma?
La tecnología XSpheres permite crear nanopartículas con una capacidad mejorada para ingresar en las células, imitando lo que generaban los virus, pero sin serlo.
Las XSpheres son como “caballitos de Troya” que nos permiten cargar y llevar mensajes terapéuticos al lugar correcto. Al compartimiento correcto dentro de las células. Esto es clave. Especialmente, para activar el sistema inmune en vacunas, donde en la mayoría de las terapias el mensaje se pierde y donde poder llegar al lugar correcto, pero sobre todo al compartimiento correcto dentro de las células, es la clave para activar al “director de orquesta” de nuestro sistema inmune, para una potente respuesta de ataque.
Nuestro primer producto es el primer tipo validado de XSpheres, las OncoSpheres, es una vacuna terapéutica personalizada para el tratamiento del cáncer que estamos desarrollando específicamente para el glioblastoma multiforme, el tipo de cáncer cerebral más común y más letal. Las OncoSpheres se producen a partir de células modificadas de la biopsia del tumor del paciente, permitiéndonos generar nanopartículas que llevan información única del tumor de cada paciente. Estas nanopartículas se diseñan para ingresar en las células inmunes y entrenarlas para que puedan identificar y destruir las células tumorales en el cuerpo del paciente. Básicamente, le mostramos al sistema inmune que células tumorales específicas tiene que atacar.
La tecnología de inteligencia artificial que utilizan para identificar neoantígenos es clave en su plataforma. ¿Podrás explicar cómo funciona? ¿Qué otras tecnologías hay detrás, además de IA?
La inteligencia artificial es esencial en nuestra plataforma para optimizar dos aspectos: la identificación de neoantígenos y el diseño de nuestras nanopartículas. Utilizamos IA para analizar datos de tipos tumorales y agentes infecciosos, identificando secuencias blanco que no solo sean efectivas, sino también altamente inmunogénicas, asegurando una fuerte respuesta del sistema inmune. Esto no será aplicado a las OncoSpheres, pero sí para nuestras próximas generaciones de XSpheres para vacunas y terapias.
Por otro lado, aplicamos IA para mejorar las propiedades físicas de nuestras nanopartículas y facilitar su entrada en las células, optimizando su desempeño como vehículo de carga terapéutica. Siendo esta nuestra principal ventaja competitiva. Además de la IA, combinamos biotecnología avanzada y nanotecnología para asegurar la precisión y efectividad de nuestras terapias, en un momento clave donde la convergencia de estas tecnologías potencia resultados antes impensados.
En términos de infraestructura tecnológica, ¿cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentaron?
Uno de los principales desafíos al principio fue encontrar laboratorios adecuados para incubar nuestra startup. Sin embargo, el ecosistema de Buenos Aires ha madurado bastante los últimos años y hoy hay algunas opciones para startups de base científica. Nosotros estamos ubicados en el Parque de Innovación de Buenos Aires, donde contamos con espacio de oficinas y laboratorio equipado para cultivo celular, microbiología y biología molecular. También nos vinculamos con universidades e institutos de investigación para acceder a equipos de alta complejidad que no tenemos en nuestras instalaciones. Y que una startup en este estadio no suele poder comprar. Este acceso a infraestructura tecnológica de alto nivel es fundamental para nuestro desarrollo.
En un escenario ideal, si lograran superar la fase de ensayos clínicos, ¿cómo te imaginás que sería la integración de esta tecnología en los sistemas de salud a nivel global?
Nuestra visión es desarrollar la tecnología para que sea altamente adaptable y eficaz en diversas aplicaciones. No solo en oncología. Nuestro modelo de negocio se basa en licenciar estos productos a empresas farmacéuticas que puedan manejar las fases clínicas avanzadas, la producción y la distribución.
Si tenemos éxito en los primeros ensayos clínicos, que vamos a hacer con la universidad de Harvard, podríamos expandirnos hacia vacunas de producción masiva, otros tipos de cáncer, infecciosas (vaxspheres), terapias para enfermedades autoinmunes, transplantes(tolerospheres) e incluso aplicaciones en terapias génicas (genespheres).
La necesidad de una entrega celular efectiva es común a estas áreas, por lo que nuestra tecnología tiene el potencial de integrarse en sistemas de salud globales, abordando múltiples problemas de salud y mejorando los resultados en pacientes de todo el mundo.
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