Producir con tecnologías de última generación, pero sin esquivar los problemas socioambientales que la Industria 4.0 dejó sin resolver. Desde el aumento de las desigualdades y la contaminación hasta las amenazas a los derechos humanos y la democracia. Definida por la Comisión Europea como la “culminación de la Industria 4.0”, la Industria 5.0 es, en esencia, una revolución cultural que adapta la industria a los tiempos actuales.
¿Qué es la Industria 5.0?
La Industria 5.0 se caracteriza por ser colaborativa. Es un modelo de negocio basado en la cooperación entre humanos y máquinas, con el propósito de agregar valor a la producción mediante la creación de productos personalizados que respeten tanto las necesidades de los consumidores como las del medio ambiente.
Se presenta como una evolución natural de la Industria 4.0 y se sustenta en el desarrollo acelerado de tecnologías avanzadas, especialmente en los campos de las TIC, la inteligencia artificial (IA) y la robótica. Estas innovaciones permitieron el surgimiento de sistemas ciberfísicos (CPS) y dispositivos IoT más avanzados y potentes.
Sin embargo, a diferencia de la Industria 4.0, la 5.0 pone el foco en la colaboración estrecha entre máquinas y seres humanos. Su objetivo principal es añadir valor a la producción, al promover la creación de bienes que no solo cumplan con las expectativas de los consumidores, sino que también sean sostenibles.
“La Industria 5.0 puede aportar beneficios a la industria, los trabajadores y la sociedad”, señala la Comisión Europea en su documento titulado “Industria 5.0: hacia una industria europea sostenible, centrada en las personas y resiliente”.
¿Cómo afectará la Industria 5.0 a las empresas?
El impacto de la Industria 5.0 en los modelos de organización y producción empresarial será profundo. Este nuevo enfoque industrial prioriza tres pilares clave: las personas, la sostenibilidad y la resiliencia.
Un modelo centrado en las personas significa que la tecnología debe estar al servicio de los trabajadores y se deben adaptar los procesos de producción a sus necesidades. Además, los sistemas y plataformas deben garantizar el respeto por los derechos fundamentales y la dignidad humana.
En cuanto a la sostenibilidad, se busca fomentar modelos de economía circular y promover la eficiencia energética en todas las etapas de la producción. Por otro lado, la resiliencia apunta a fortalecer la capacidad de las infraestructuras industriales para enfrentar desafíos, al asegurar su solidez y continuidad en contextos críticos.
¿Qué significa un enfoque centrado en el ser humano?
Uno de los mayores temores frente a las transiciones tecnológicas que impactan en la industria es la posible pérdida de puestos de trabajo. Sin embargo, según la visión de la Comisión de la Unión Europea, si las soluciones innovadoras se implementan correctamente, pueden transformar los espacios laborales en entornos más inclusivos y seguros para los trabajadores, al tiempo que mejoran su satisfacción y bienestar.
Los datos de Eurostat respaldan esta visión: los sectores donde se registran más accidentes laborales son aquellos en los que las actividades más extenuantes o peligrosas todavía no fueron automatizadas.
En este contexto, la Industria 5.0 pone al ser humano en el centro del modelo de producción. Este enfoque más social y humano garantiza que el uso de la tecnología no atente contra los derechos fundamentales de los trabajadores, como el derecho a la privacidad, la autonomía y la dignidad humana.
La importancia de la resiliencia
El informe de la Comisión Europea subraya cómo los cambios geopolíticos y fenómenos naturales, como la pandemia de COVID-19, pusieron de manifiesto la fragilidad de la industria actual y la necesidad de fortalecer su resiliencia. En este sentido, la capacidad de adaptarse a situaciones adversas con resultados positivos se vuelve imprescindible en la Industria 5.0.
Así, la Industria 5.0 se presenta como una herramienta clave para garantizar la resiliencia, entendida como la capacidad de resistir y adaptarse al cambio. A largo plazo, esto ofrece beneficios significativos en términos de competitividad e internacionalización. Según el documento de la UE, “a corto plazo, las inversiones necesarias podrían exponer a las industrias europeas al riesgo de perder temporalmente su competitividad frente a aquellas que todavía no invierten en la Industria 5.0. Será crucial planificar y coordinar estas inversiones para mitigar ese riesgo”.
Sin embargo, el informe también advierte que los mayores peligros surgirían si no se asumiera un compromiso firme con una transición más amplia hacia la sostenibilidad, la centralidad humana y la resiliencia, lo que podría llevar a una pérdida de competitividad a largo plazo.
El desafío de la sostenibilidad
El desarrollo de sistemas de producción basados en energías renovables es uno de los pilares de la Industria 5.0. Con la meta de reducir las emisiones de carbono en un 55% para 2030, la Comisión Europea señala que la sostenibilidad es un requisito esencial para respetar los límites del planeta.
Por eso, se recomienda fomentar procesos circulares que reutilicen y reciclen recursos naturales, reduzcan los desechos y minimicen el impacto ambiental. Este cambio no solo busca proteger el entorno, sino también sentar las bases para un crecimiento industrial más responsable.
Diferencias entre la Industria 5.0 y la Industria 4.0
La Industria 5.0 no debe interpretarse como una evolución directa de la Industria 4.0, sino más bien como un reconocimiento de las limitaciones de esta última. De acuerdo con la Comisión Europea, la cuarta revolución industrial priorizó la digitalización de los procesos y el uso de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, para maximizar la productividad y la eficiencia. Sin embargo, no le otorgó suficiente protagonismo al rol de los trabajadores ni a la transición hacia modelos de desarrollo más sostenibles, tanto en lo social como en lo ambiental.
La Industria 5.0, en cambio, reconoce que la tecnología aplicada a los modelos de producción debe estar al servicio de las personas y las empresas. De esta manera, busca diseñar un futuro donde la colaboración entre humanos y máquinas sea una realidad que promueva el bienestar y el progreso en equilibrio con el medioambiente.