En los últimos años, los desastres naturales generaron un impacto económico y social sin precedentes en todo el mundo. Durante 2023 y 2024, eventos como inundaciones, olas de calor y tormentas severas evidenciaron la vulnerabilidad de la infraestructura frente a un clima cambiante. Estos fenómenos causaron interrupciones en la operación de proyectos, pusieron en jaque la estabilidad financiera del sector de la construcción.
En este contexto, las empresas constructoras replantearon sus estrategias e integraron herramientas de modelos climáticos para prevenir y mitigar los riesgos asociados a desastres naturales. Esta estrategia, que combina innovación tecnológica con planificación estratégica, se convirtió en una respuesta clave para adaptarse a las nuevas condiciones.
Modelos climáticos: una herramienta esencial en la construcción
La integración de modelos climáticos predictivos en proyectos de construcción transformó la manera en que se identifican y gestionan los riesgos. Estas herramientas aportan datos clave que abarcan tanto la planificación inicial como el mantenimiento prolongado de las infraestructuras.
Además, permiten diseñar estructuras más resistentes y optimizar los recursos invertidos en cada etapa. Al anticipar amenazas, las empresas pueden implementar soluciones más sostenibles y reducir el impacto de eventos extremos. Esto minimiza las pérdidas económicas y refuerza la seguridad de las comunidades.
Casos destacados en América Latina
En la región, diversas iniciativas marcaron un avance importante en la gestión de riesgos climáticos. Por ejemplo, en Ecuador, proyectos como el sistema de metro de Quito adoptaron seguros especializados para protegerse ante desastres naturales. Estas estrategias garantizan la continuidad de los proyectos y, al mismo tiempo, refuerzan la confianza de inversionistas y comunidades.
Asimismo, el proyecto CEELA promueve la construcción de edificaciones sostenibles, adaptadas a las condiciones climáticas locales. Con esto se fomentan prácticas responsables y resilientes, y también se ofrece un modelo a seguir para otros países de la región.
Una visión sostenible y a largo plazo
La colaboración entre gobiernos, empresas y organismos internacionales fue fundamental para impulsar soluciones innovadoras. Elementos como la Caja de Herramientas para Resiliencia Climática del BID proporcionaron directrices para integrar la planificación climática en proyectos de infraestructura y colaboraron con un desarrollo más sostenible. Clemens Freitag, líder en infraestructura en América Latina, destacó que el éxito de estos esfuerzos radica en la planificación proactiva y en el uso de tecnologías avanzadas. Según él, apoyarse en modelos climáticos permite reducir los riesgos inmediatos y la viabilidad de los proyectos a lo largo del tiempo.