Ir personalmente al banco para hacer algún tipo de trámite puede ser verdaderamente tedioso para muchos de los que estén leyendo esta nota. Y más si pertenecen a las nuevas generaciones, que nacieron en un entorno cien por ciento digital.
Si hay algo que está quedando claro es que cada vez se demandan más soluciones digitales. Y esto fue algo que finalmente entendió el sector financiero durante la pandemia. Sobre todo, en 2020 y 2021, cuando se vivió un verdadero boom digital.
Muchos bancos por obligación, y otros por elección, debieron ajustar sus procesos o rever sus inversiones para acelerar su transformación tecnológica y continuar asistiendo a sus clientes.
La realidad de México
Sin embargo, a pesar de que esta tendencia está en alza en Latinoamérica, un informe marca que México fue el país más rezagado en la apertura de cuentas bancarias por internet. Según datos de este estudio privado al que tuvo acceso Información Digital 360, sólo el 23% de los mexicanos abrió una bajo esta modalidad, cuando en la región el promedio de varios mercados fue de 42%.
En 2021 aumentó al 60% la penetración de la apertura digital entre los consumidores en la región. Esto evidencia, de alguna manera, un fuerte crecimiento de la adquisición de clientes en línea.
Fuentes cercanas al relevamiento le comentaron a Forbes México que una media del 42% de los consumidores había abierto una cuenta bancaria en línea en Latinoamérica. Dentro de ese porcentaje, señalaron que una de las naciones más predispuestas a adoptar el onboarding digital fue Panamá, con el 60%; “mientras que los consumidores mexicanos quedaron muy rezagados, con el 23%”.
Puntos a mejorar
La realidad marca que, pese a que muchos bancos habilitaron el onboarding digital para sus clientes, todavía tienen muchos aspectos que mejorar en su servicio. A nivel regional, el 28% de las personas que abrieron una cuenta a través de Internet después tuvieron que asistir presencialmente a una sucursal para completar el proceso, destaca Forbes.
En ese sentido, existe un listado largo de tecnologías que los bancos podrían adoptar bajo ese objetivo, tales como la biometría, las conexiones vía APIs con los registros nacionales de identidad y la capacidad de capturar firmas digitales; etc.
