El traslado y la comercialización de frutas y verduras nunca ha sido una tarea sencilla. Y uno de los motivos por el cual siempre fue así es que existen alrededor un montón de factores que pueden afectar su vida útil, además de su calidad. Por lo tanto, se debe estar en constante alerta para evitar pérdidas de tiempo, recursos y dinero.
Por suerte, expertos de la industria explican que hay una manera innovadora de reducir los volúmenes de pérdidas y aumentar los márgenes de ganancia. ¿Cómo? A partir de la aplicación de nanomateriales. Sostienen que su puesta en práctica podría representar para productores, distribuidores y exportadores una ventaja realmente importante.
Nanotecnología y Nanomateriales
Conceptualmente, la nanotecnología podría definirse como “la manipulación de la materia a una escala casi atómica para crear nuevas estructuras, materiales y aparatos”. Estamos hablando de una tecnología que promete avances científicos en muchos sectores. No solo en los vinculados a la producción o fabricación, sino también áreas como la medicina, productos para el consumidor, energía; etc. Por su parte, los nanomateriales son materiales de una dimensión ínfima (hasta 100.000 veces menor que el diámetro de un cabello humano), y pueden ser de origen natural o artificial.
Envases de alimentos
En Colombia, por ejemplo, hace poco se desarrolló un sistema de empaque para conservar el aguacate Hass que, según describe la Universidad Nacional de Colombia, permite controlar activamente la acumulación de agua en los empaques del producto. De esta manera, se optimiza su conservación. Lo que hicieron en este caso en particular fue utilizar las mismas cajas en la que se transportan los aguacates, pero añadiéndoles una “funcionalidad activa”
Diego Alberto Castellanos, del Área de Empaques y Vida Útil de Alimentos del ICTA, comenta que para el caso concreto de los alimentos, a través de la nanotecnología trabajan “con materiales a escala de micrómetros, que es la milésima parte de un milímetro. Estos cambian sus propiedades químicas, y en aplicaciones biodegradables, compostables o fácilmente reciclables, pueden mejorar las cualidades mecánicas, térmicas y de barrera, así como la bioseguridad en los envases”.
Aplicar la nanotecnología en envases puede ser muy útil para desarrollar empaques menos contaminantes, para modificar la opacidad de la luz, para hacerlos más resistente o menos permeables. Incluso hoy en día hay empaques que puede detectar cambios microbianos o bioquímicos en los alimentos.