En este último tiempo escuchamos mucho hablar del inmenso valor que se puede obtener de la venta y el uso de soluciones para el loT, un negocio donde anualmente entran en juego billones de dólares a nivel global.
A lo largo del tiempo, su implementación ha ido escalando y evolucionando. Desde el punto de vista de la innovación, por ejemplo, hay especialistas que hacen una distinción de tres perspectivas o etapas: el loT 1.0, donde hablan de la innovación operativa; el lot 2.0, donde hacen énfasis en la innovación de productos, y el IoT 3.0, donde profundizan en la innovación que habrá alrededor del modelo de consumo.
También hay quienes sostienen que en su versión 1.0, el loT basaba su fortaleza en la monitorización y sensorización. ¿Qué significa esto? Que cuantos más sensores, mejor. Luego, con el loT 2 se fusionó con la Inteligencia Artificial y permitió la optimización de procesos.
Para la experta Alicia Asín, quien participó del loT Solutions World Congress, llevado a cabo en Barcelona, el Internet de las Cosas 3.0 impactará directamente sobre “la confianza” y ofrecerá grandes expectativas en la batalla para proteger el medioambiente. Según la especialista, su gran aporte será garantizar la seguridad del dato y que éste sea fiable.
Nuevas prioridades
De hecho, ya hay compañías del sector que trabajan en todo el conglomerado de tecnologías que envuelven a esta revolución del loT bajo el propósito de la descarbonización, la sostenibilidad y la economía circular. Está claro que las prioridades de las organizaciones fueron cambiando a raíz de la pandemia y de la crisis de la cadena de suministro.
Por su parte, la especialista Aymeric Sarrazi destacó que “la cadena de suministro está pasando de dar prioridad al costo a dar prioridad a la seguridad de suministro”. En ese sentido, dijo que cobrará mucha importancia el paradigma de la globalización, que requiere “pensar en una cadena de suministro distribuida” y que, si bien antes era más lineal, en el futuro hay que pensar en “una nube de proveedores que pueden interactuar entre ellos”. Para hacerlo posible, la infraestructura tecnológica “debe ser de muy alto nivel”.
Actualmente, son muy pocas las organizaciones que están capacitadas para proporcionar datos certeros y confiables sobre la huella de carbono en tiempo real de su industria. En ese contexto, el Internet de las Cosas 3.0 puede ser una gran solución.