Las aplicaciones descentralizadas son aquellas que trabajan sin un servidor central, donde la transferencia de información es directamente de un usuario a otro y todo registro se guarda encriptado en una cadena de bloques (blockchain) descentralizada.
Cómo funciona una aplicación descentralizada
Cuando se manda información entre unidades en los servicios de mensajería digital tradicionales (por ejemplo), antes de arribar a su destino la comunicación pasa por servidores centrales que no solamente organizan ese mensaje y ese vínculo, sino que además guardan los datos del mensaje, su emisor y su receptor.
A diferencia de este ejemplo, una aplicación descentralizada no depende de un ente único que maneje cada registro, sino que está dividida entre todos los integrantes de esa aplicación mediante el uso de la cadena virtual de bloques. O sea, los datos se movilizan a través de la blockchain (que funciona como un entramado de nodos).
Ventajas a la hora de usarlas
Seguridad
Como trabaja sobre una blockchain, su seguridad se basa en criptografía. Esto ratifica que los datos enviados solamente puedan ser legibles para quien los emite, y que las demás personas que componen la cadena únicamente puedan revisar su validez (sin poder leerlo). La descentralización hace que la información no quede alojada en servidores externos, lo que reduce la chance que sea robada.
Descentralización
Al ser independiente de un servidor físico que centralice el envío de información, si algún nodo está deshabilitado, la aplicación igualmente trabaja sin problemas. Por otro lado, si la red donde funciona la aplicación es extensa, es poco probable que se venga abajo el servicio.
Basadas en software libre
Al igual que cuando internet recién comenzaba, las aplicaciones descentralizadas nacieron mediante el uso de software libre. Esto da libertad plena a los muchos desarrolladores para enmendar fallas o ampliando los horizontes de este tipo de programas.
Hacia un nuevo panorama
La aparición de las aplicaciones descentralizadas ha abierto un abanico de posibilidades para que surjan nuevos productos que se jactan de otorgarle libertad de datos a los usuarios, lo que los convierte en alternativas sumamente deseables a los exploradores, redes sociales, sistemas operativos, medios de pago o servicios de mensajería que usamos frecuentemente.