La arquitectura sostenible implica diseñar los edificios para minimizar su impacto en el medio ambiente, tanto en lo que se refiere a los materiales y las técnicas de construcción utilizadas, como a la estética y el rendimiento energético.
La arquitectura sostenible no puede identificarse con una tecnología o un campo disciplinario específico, sino que debe considerarse como un enfoque cultural del tema lo más amplio posible. El origen de la arquitectura sostenible se señala convencionalmente en la aparición de la construcción verde en Alemania en los años 70, con la llamada Baubiologie, pero ha resurgido en los últimos años como uno de los ámbitos en los que se mide la calificación ESG de una empresa, y como uno de los ámbitos de inversión en materia medioambiental, social y de gobernanza.
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Definición de arquitectura sostenible
Entrando más concretamente en los aspectos que definen la arquitectura sostenible, el primer criterio es el de limitar el impacto medioambiental de los edificios, en el que la eficiencia energética juega un papel importante, y luego la atención a la experiencia de los habitantes en términos de salud, y la calidad de uso de los espacios gracias también a las tecnologías emergentes y digitales. En esencia, se trata de diseñar edificios eficientes que respeten las necesidades para las que se construyen y, al mismo tiempo, que se adapten a su contexto sin impactos negativos.
Los sinónimos de arquitectura sostenible son bioarquitectura o arquitectura bioecológica: Según la definición, el objetivo es “crear una arquitectura que sea compatible no solo con la vida y las actividades humanas, sino también con el entorno natural y, en general, con el contexto en el que se construye”, de acuerdo con el concepto de sostenibilidad que se remonta a 1987 y con la definición establecida por la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en 1991, como “una mejora de la calidad de vida, sin superar la capacidad de carga de los ecosistemas de apoyo de los que depende”.
Esta definición fue complementada posteriormente por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en el Informe Brundtland: “El desarrollo sostenible, lejos de ser un estado de armonía definitivo, es más bien un proceso de cambio por el que la explotación de los recursos, la dirección de las inversiones, la orientación del desarrollo tecnológico y los cambios institucionales se hacen coherentes con las necesidades futuras y con las presentes”.
Ejemplos de arquitectura sostenible
Entre los ejemplos más importantes de arquitectura sostenible se encuentra el complejo Bedzed, en Hackbridge, a pocos kilómetros de Sutton, en los suburbios del suroeste de Londres. El edificio, obra del arquitecto Bill Dunster, fue diseñado con la sostenibilidad como primer criterio: cuenta con 82 viviendas y utiliza 777 metros cuadrados de paneles solares. En Canadá, por citar otro ejemplo,está la Casa Solar Pasiva de Edmonton: El edificio de 220 metros cuadrados, que tiene tres plantas, fue diseñado por el arquitecto Shafraazkaba, que también es el inquilino de la casa. La particularidad del edificio es que no tiene caldera, sino que se calienta mediante energía solar pasiva, gracias a paneles solares, ventanas orientadas al sur y suelos de hormigón que devuelven el calor del suelo.
¿Cuándo se puede llamar a un edificio “sostenible”?
Para que un edificio se considere “sostenible”, debe cumplir al máximo los principios clave de la construcción ecológica desde la fase de diseño, es decir, debe ser sostenible “por diseño”. Para ello, los materiales con los que se realiza el edificio deben elegirse de acuerdo con la filosofía de la ecosostenibilidad, teniendo en cuenta al máximo las características de la zona en la que se realiza la intervención, para aprovechar al máximo sus características sin alterar el equilibrio natural del lugar. Volviendo a los materiales, su elección debe estar determinada por el hecho de que sean eficientes, duraderos y producidos con procesos respetuosos con la naturaleza.
Por lo tanto, en la medida de lo posible, deben prevalecer los Km0 y los materiales que provienen de materias primas regenerables. Por último, la eliminación de los residuos producidos en el proceso de construcción y los que se produzcan durante la vida útil del edificio debe estar orientada a la sostenibilidad, y facilitar así la recuperación y el reciclaje de los residuos. Por último, pero no menos importante, la cuestión de la salud y el confort: en otras palabras, la calidad de vida de las personas que utilizarán el edificio debe estar en el centro del proyecto, evitando así, por ejemplo, el uso de materiales tóxicos como disolventes químicos o nocivos.
Qué materiales se utilizan en la arquitectura sostenible
Los materiales que se utilizan en la construcción ecológica son preferentemente naturales y proceden de un ciclo de producción con un impacto medioambiental limitado en referencia a todo el ciclo de vida del material, teniendo en cuenta también los riesgos sísmicos y de incendio, y la presencia de contaminantes de todo tipo y como una vía de diseño que permite reducir la huella de carbono del mundo de la construcción.
A la cabeza de los materiales utilizados en la arquitectura sostenible, hasta el punto de convertirse en uno de sus símbolos, se encuentra la madera, que es un material renovable que se caracteriza por su larga vida y por propiedades como la flexibilidad y el aislamiento térmico que lo hacen especialmente adecuado para su uso en la construcción.
Otro material especialmente utilizado en la construcción ecológica es el corcho, que tiene importantes propiedades aislantes y puede utilizarse para este fin en paneles que también pueden fabricarse sin adhesivos. Además del aislamiento, el corcho es un material transpirable que también es muy útil para el aislamiento acústico de las habitaciones.
La paja, prensada en pequeños bloques, también se utiliza mucho en la construcción sostenible. Es útil para aumentar la resistencia de las estructuras de madera y sirve para insonorizar las habitaciones al tiempo que garantiza la transpirabilidad. Los bloques de paja, que tienen una gran resistencia al fuego, también pueden utilizarse para el aislamiento térmico. Entre las fibras vegetales, el cáñamo también se está abriendo paso en la construcción ecológica, que combinado con cal forma bloques que pueden insertarse en estructuras de madera para mejorar su rendimiento.
La arquitectura sostenible también contempla el uso de materiales más “tradicionales” como el cemento, especialmente el cemento puro certificado como libre de radiactividad. Pero también existe el biocemento, patentado en los Países Bajos: un material capaz de regenerarse y, por tanto, de “repararse” gracias a las bacterias que contiene. Para concluir esta visión general de los materiales de construcción ecológicos, también será útil mencionar el ladrillo microporoso, cuyos bloques son transpirables y aislantes térmica y acústicamente. Este material se utiliza en la construcción ecológica cuando se fabrica calcinando serrín de madera o paja de arroz, aunque el ladrillo se cuece a altas temperaturas y requiere grandes cantidades de energía.
¿Cuáles son las ventajas de los edificios verdes?
Las ventajas de la construcción y la difusión de los edificios ecológicos, además de su contribución para hacer frente a los problemas del cambio climático, van en dos direcciones, que convergen efectivamente hacia el mismo objetivo, y que se pueden resumir en la calidad de vida de los habitantes y el respeto al medio ambiente. Así, por un lado, se trata de utilizar menos recursos para la construcción de edificios, y también de generar un ahorro económico al utilizar este método, gracias también a la reducción de residuos.
Así, los beneficios generados por la arquitectura sostenible se pueden resumir en el respeto por el medio ambiente y la sostenibilidad, el aumento del valor comercial de los edificios construidos según estas normas, gracias al confort que pueden ofrecer y a sus prestaciones de eficiencia energética y el ahorro económico para los habitantes, ya que la casa sostenible consume menos energía que la tradicional y permite una amortización bastante rápida de la inversión inicial.
Cuáles son las aplicaciones de los edificios verdes
Los principios en los que se basa la construcción ecológica, que también abre nuevas perspectivas en términos de ESG (Environmental, Social, Governance), pueden ponerse en práctica en todo tipo de proyectos arquitectónicos, y es precisamente de su difusión, cada vez más generalizada, de lo que dependen los resultados que puedan alcanzarse en términos de sostenibilidad.
Si antes, de hecho, un edificio “sostenible” era un “nice to have”, con el paso del tiempo y con el reto del cambio climático cada vez más acuciante, está surgiendo una nueva conciencia que sitúa la sostenibilidad de las elecciones realizadas como una necesidad. Un edificio ecológico también requiere un trabajo en equipo que vaya en la misma dirección, y puede contar con la colaboración de arquitectos, ingenieros, así como de diseñadores de interiores y exteriores y de las empresas implicadas. Dicho esto, no hay un modelo o destino preferido para los edificios verdes: según estos criterios, se pueden construir residencias privadas, naves industriales, instalaciones logísticas y comerciales, edificios profesionales, edificios públicos, lugares de reunión y hostelería.
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