Cuatro de cada cinco alumnos de sexto grado en América Latina y el Caribe no alcanzan el nivel mínimo de compresión lectora. Este es un triste dato que se desprende de un informe del Banco Mundial y UNICEF, en colaboración con la UNESCO.
Si bien ya era preocupante la realidad educativa de la región, la pandemia profundizó aún más la problemática, ya que desde que explotó el coronavirus los alumnos de Latinoamérica perdieron (parcial o completamente) dos tercios de los días de clase presenciales, con una pérdida estimada de 1,5 años de aprendizaje.
Dado el contexto, quienes conocen desde adentro el mundo educativo y tienen un estrecho vínculo con la tecnología, afirman que hay una herramienta que puede ser clave para dar vuelta esta situación: el Big Data.
Big data y educación
Dicen que a través de plataformas que integren y sincronicen la información generada por cada establecimiento educativo se pueden obtener datos valiosos y útiles para luego encarar políticas relacionadas.
De hecho, ya existen en la región algunas propuestas interesantes que se están implementando en Chile y México y que están ayudando a realizar diagnósticos certeros. Incluso, el primero de los mencionados actualmente se destaca como uno de los países de Latinoamérica que más lugar le está dando a los relevamientos de evaluación alternativos, utilizando herramientas de Inteligencia Artificial.
Al respecto, el especialista Hugo Martínez describe que el proceso de identificación de patrones es “fundamental para crear acciones pedagógicas pertinentes. Sobre todo, diagnósticos más personalizados para cada estudiante, que entreguen datos de forma inmediata y que faciliten su análisis a Directivos y pedagógicos”.
Al respecto, Ariel Gringaus, uno de los CEO de una de estas plataformas, sostiene que los datos sirven para “detectar patrones y predecir tendencias en pos de nivelar los procesos de aprendizaje, para que ningún estudiante se quede atrás en sus estudios”.
“Hoy atravesamos una realidad desafiante y los integrantes del sector educativo, tanto privados como públicos. Debemos esforzarnos por ser un apoyo en los desafíos que se presentan”, cierra.