El tema de la financiación de la cadena de suministro (CSF) ha sido el centro de atención de las empresas y las cadenas de suministro desde hace algunos años.
Primero la crisis económica y luego la emergencia del Coronavirus causaron un impacto dramático en la oferta de créditos y en los plazos de pago en Italia, aumentando fuertemente la atención sobre la gestión del capital circulante. Es, de hecho, con la crisis financiera de 2008, cuando debutaron las primeras soluciones de financiación de la cadena de suministro destinadas a financiar el capital circulante, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de las cadenas de suministro y salvaguardar la competitividad del país. En los últimos meses, la financiación de la cadena de suministro ha pasado de ser una solución táctica para apoyar necesidades específicas a convertirse en una opción cada vez más estratégica, una herramienta para hacer frente a las emergencias, como afirma Federico Caniato, Director del Observatorio de la Financiación de la Cadena de Suministro del Politécnico de Milán. En un momento de crisis para la economía, la capacidad de financiar el capital circulante -en particular los créditos comerciales y las existencias- garantiza la supervivencia de muchas empresas manufactureras, especialmente las pequeñas y medianas empresas (PYME). Recordemos que con Covid-19 las ventas y los suministros se paralizaron y el bloqueo de muchos pagos generó un susto de liquidez.
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Qué es la financiación de la cadena de suministro
El término Supply Chain Finance, explica el Observatorio de Financiación de la Cadena de Suministro del Politécnico de Milán, se refiere a los servicios y soluciones que una empresa puede utilizar para financiar su capital circulante, aprovechando no sólo sus características específicas (económicas, financieras, empresariales), sino también el papel que desempeña dentro de la cadena de suministro en la que opera.
Por lo tanto, es correcto decir que la financiación de la cadena de suministro está al servicio del capital circulante, que en la práctica es uno de los indicadores para medir la salud de las empresas y las cadenas de suministro.
En general, la Financiación de la Cadena de Suministro puede abrir nuevas oportunidades para todos los agentes implicados, como señaló Alessandro Perego, director científico del Observatorio. Los bancos pueden desempeñar un papel crucial en la reactivación económica del país, convirtiéndose en verdaderos socios de la cadena de suministro. Los proveedores de soluciones de integración B2B pueden ampliar su ámbito de competencia a las palancas financieras. Las asociaciones empresariales pueden convertirse en promotoras, permitiendo a las PYMES conseguir beneficios que de otro modo serían inaccesibles. Y los líderes de la cadena de suministro tienen la oportunidad de crear valor para sus cadenas de suministro.
Si las PYME individuales no tienen los medios y las oportunidades para innovar por sí mismas, la empresa líder puede lanzar proyectos con el sistema financiero que se extienden a un gran número de actores de todos los tamaños, generando así beneficios significativos y generalizados”, añade Stefano Ronchi, co presidente científico del Observatorio. “Esto, sin embargo, requiere superar la lógica de la explotación oportunista del poder de negociación, en favor de enfoques de colaboración a largo plazo que garanticen beneficios para todos los actores. Pero para ello es necesario poder evaluar la situación financiera de toda la cadena de suministro, con herramientas que permitan identificar los puntos fuertes y débiles”.
Las ventajas de la financiación de la cadena de suministro
Los beneficios de la financiación de la cadena de suministro son de diversa índole: financieros (reducción de las existencias y de los créditos comerciales y, por lo tanto, del capital circulante neto), económicos, estratégicos (reducción del riesgo de quiebra de los actores críticos y/o estratégicos que son virtuosos pero débiles desde el punto de vista financiero), eficiencia en los procesos tanto a lo largo de la cadena de suministro como en las relaciones con los actores financieros (debido al alto nivel de informatización, a menudo imprescindible para aplicar las herramientas de financiación de la cadena de suministro), y desarrollo de oportunidades de negocio para quienes operan en el sector financiero, debido a una mejor gestión del riesgo asociado a los créditos concedidos.
Soluciones de financiación de la cadena de suministro
El Observatorio Polimi ha clasificado tres categorías de soluciones de financiación de la cadena de suministro: las “tradicionales” para financiar el capital circulante, las “innovadoras” y las de colaboración entre socios de la cadena de suministro. Las tecnologías de la información y la comunicación suelen ser un factor facilitador, ya que permiten la gestión de grandes cantidades de información, a menudo en tiempo real. La digitalización de los procesos empresariales, tanto internos como de apoyo a las relaciones, permite ofrecer modelos de financiación tradicionales de forma más eficiente y posibilita formas innovadoras de acceso al crédito.
1. Soluciones tradicionales de financiación del capital circulante
La mayoría de las soluciones de financiación tradicionales están disponibles desde hace años, pero no suelen ser muy utilizadas. Creado para ofrecer a las empresas individuales herramientas para acceder al capital a corto plazo, a través del enfoque de la Financiación de la Cadena de Suministro pueden apoyar la sostenibilidad de toda la cadena de suministro. Los tres instrumentos más representativos son:
Anticipo de factura: un proveedor presenta una factura no vencida emitida a una institución financiera para convertir parte de ella en efectivo. Uno de los instrumentos más comunes, es difícil de conseguir y bastante caro.
Factoring: un proveedor celebra un contrato con una entidad financiera para adelantar una serie de facturas. La entidad puede o no asumir el riesgo de impago a cambio del adelanto de una parte o la totalidad del valor nominal del crédito.
Factoring inverso: el cliente celebra un acuerdo marco con una empresa de factoring, adelantando las facturas aprobadas a sus proveedores, al tiempo que aumenta sus propios plazos de pago. Los proveedores pueden entonces adelantar las facturas a un coste de la deuda promediado entre su propio coste y el del cliente.
2. Soluciones innovadoras de financiación del capital circulante
Estos cuatro modelos están muy extendidos en el mundo anglosajón. Por lo general, requieren un alto grado de digitalización.
Descuento dinámico: a través de una plataforma informática, el cliente ofrece al proveedor un anticipo a cambio de un descuento sobre el valor nominal de la factura proporcional al número de días de anticipo.
Factoring inverso evolucionado: aprovecha la facturación electrónica y las plataformas en la nube para adelantar facturas de forma flexible, reduciendo los riesgos y los costes de la operación a través de un mayor intercambio de información entre las empresas implicadas y la entidad financiera.
Cámara de compensación: evolución y extensión del factoring inverso, por el que un tercer actor (normalmente una institución financiera) aprovecha su visibilidad sobre una o varias ramas de una cadena de suministro para recabar información sobre las transacciones comerciales de un conjunto de empresas y permitir la financiación de los flujos financieros que garantiza.
Anticipo de facturas no bancario: modelo alternativo de anticipo de facturas en el que un proveedor solicita un anticipo sobre una factura emitida y aprobada. El anticipo lo proporciona un tercero (empresas, bancos, AP, particulares) con capital disponible. En las aplicaciones de este modelo, las facturas se suben a una plataforma en la nube (un “mercado” de facturas comerciales) para su subasta entre los compradores.
3. Soluciones de colaboración entre socios de la cadena de suministro
Las soluciones de gestión de la cadena de suministro en colaboración implican modelos que han existido durante años, que pueden reinterpretarse desde una perspectiva financiera. Algunos requieren un alto nivel de digitalización de los procesos, mientras que otros, más tradicionales, pueden reinterpretarse ahora con tecnologías digitales. Entre los modelos más representativos de esta clase se encuentran:
Inventario gestionado por el proveedor (VMI): un proveedor supervisa los niveles de existencias de sus productos en uno o varios clientes para definir, según restricciones contractuales predefinidas, los volúmenes con los que reponer sus almacenes. Permite al proveedor reducir sus existencias en un 25-30% y, por tanto, su capital circulante neto en torno al 18-22%, reducir el riesgo de ruptura de existencias de los clientes y limitar las compras especulativas.
Stock en consignación: el proveedor pone su mercancía a disposición del cliente en el almacén de éste, conservando la propiedad hasta su recogida. Reduce los costes de transporte y aumenta los ingresos al reducir la pérdida de ventas.
Planificación, previsión y reposición en colaboración (CPFR): el cliente y el proveedor planifican juntos en un horizonte de medio a largo plazo para evitar previsiones inexactas y reposiciones independientes, utilizando plataformas tecnológicas avanzadas. Esto reduce los errores de previsión y el capital circulante neto dentro de la cadena de suministro, y por tanto las necesidades de liquidez.
Tecnologías para la financiación de la cadena de suministro
Blockchain, Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial y Big Data Analytics tienen un doble papel cuando se trata de SCF: por un lado, ayudan a crear las condiciones funcionales para su adopción y, por otro, permiten mitigar sus riesgos (operativos, de doble financiación y de no alcanzar el rendimiento esperado).
En particular, Blockchain e IoT permiten la integración de los flujos físicos y financieros, mientras que Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial y el Big Data Analytics apoyan la automatización de los procesos. Sin embargo, es importante destacar que es con la mezcla de todas estas soluciones como se puede conseguir un mejor rendimiento.
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