Acrónimo de Non-Fungible Token, NFT indica un token digital utilizado para representar un bien tangible o intangible y los derechos relacionados, cuya singularidad y autenticidad quedan aseguradas mediante el uso de la criptografía y de la tecnología basada en registros distribuidos.
Antes de nada, ¿Qué son los tokens?
Un token es una clase particular de criptoactivo que se puede negociar en la aplicaciones descentralizadas. Los tokens se utilizan como representaciones de otros bienes digitales o físicos o de derecho, como la propiedad de un activo o el acceso a un servicio.
Desde el punto de vista informático, son contratos inteligentes que presentan una interfaz particular, sujeta a estandarización.
Tipos de tokens
Es posible dividir los tokens en dos macrocategorías:
- Tokens Fungibles
Son token idénticas que pueden dividirse en subpartes que pueden tener un valor y utilizarse como medio de pago; - Token No Fungibles (NFT)
Cada token tiene un identificador único, no es divisible y puede tener un valor de mercado.
Qué son los NFT
Los NFT (Non-Fungible Tokens) son tokens digitales únicos que se pueden utilizar para representar propiedad de un objeto digital, como una imagen, un video, una canción o cualquier otro tipo de contenido digital. A diferencia de las monedas fiat o las criptomonedas, que son intercambiables y tienen valores equivalentes, cada NFT es único y no puede ser intercambiado por otro de manera directa.
Los NFT se crean y almacenan en una cadena de bloques, lo que los hace seguros y verificables. Esto significa que no pueden ser falsificados o duplicados, lo que los hace ideales para la propiedad de objetos digitales únicos.
Los NFT se han vuelto muy populares en el mundo del arte digital, donde se utilizan para vender y comprar obras de arte digitales únicas. Sin embargo, también se están utilizando en una amplia variedad de aplicaciones, como la propiedad de bienes inmuebles, la autenticación de productos y la creación de comunidades en línea.
El bien analógico se representa en su valor original, permitiendo la creación de un “Subrogado Digital” inmune al riesgo de replicación.
Los tókenes no fungibles incorporan una firma digital que permite que cualquier persona verifique su autenticidad y, cuando se comercializan en plataformas blockchain, permite certificar quién pueden disponer de ellos. La autenticidad de un NFT viene dada por su propia historia que, trazada de forma indeleble en un registro distribuido, da fe de los cambios de mano, las transacciones y las cesiones entre distintas partes.
La verdad pagada deriva del consenso distribuido al que llega una pluralidad en las cadenas de bloques, en ausencia de intermediarios o de terceros como garantía. De los bienes vinculados criptográficamente a un token no fungible no se transfiere ninguna propiedad (en el sentido jurídico del término).
Quienes sean dueños de los NFT, es decir, quienes estén en posesión de la clave criptográfica privada que les permite firmarlo digitalmente, solo tienen la capacidad de reclamar su disponibilidad, demostrando al mismo tiempo su derecho sobre el bien representado, garantizado mediante la ejecución de un programa, también distribuido en la cadena de bloques.
Cómo se crea un NFT
Para crear un NFT (non-fungible token) hay que tener en cuenta unos pasos:
Se debe tener una idea de qué quiere incluir en su token. Esto puede ser cualquier cosa, desde una obra de arte digital hasta una foto o un tweet.
- Necesitará una plataforma de contratos inteligentes, como Ethereum, para crear su token. Esto involucrará escribir un contrato inteligente en un lenguaje de programación como Solidity y subirlo a la cadena de bloques de Ethereum.
- Una vez que se haya subido su contrato inteligente a la cadena de bloques, podrá crear su token NFT utilizando una interfaz gráfica de usuario (GUI) o una herramienta de línea de comandos (CLI). Es importante tener en cuenta que crear un NFT requiere conocimientos técnicos avanzados, por lo que puede ser necesario contar con la ayuda de un experto en la materia.
- Una vez que haya creado su NFT, podrá venderlo o intercambiarlo en una plataforma de intercambio de NFTs en línea. Estas plataformas son mercados en línea donde se pueden comprar y vender NFTs de diferentes tipos, como obras de arte, música o incluso propiedad de bienes inmuebles.
Los NFT son únicos
Lo que hace que un NFT sea único es su «creación» informática, implementada con la programación de un código interpretado por la máquina, llamado smart contract o contrato inteligente y distribuido en plataformas informáticas descentralizadas, gobernadas por un protocolo de cadena de bloques. Esta operación toma el nombre de mint (del inglés «minting»)
La autenticidad de un NFT viene dada por su propia historia que, trazada de forma indeleble en un registro distribuido, da cuenta de los cambios de mano de las transacciones y de las cesiones entre las distintas partes. No sin un ápice de provocación podemos afirmar heideggerianamente que un NFT es él mismo y su historia. La ausencia del peligro de copia del token es posible gracias a la inmutabilidad del registro distribuido en el que se emite, sin necesidad de ningún intermediario de confianza.
La confianza (trust) y la fiabilidad (trustworthiness), incluso en ausencia de un organismo central, quedan garantizadas por un complejo sistema que definimos como «criptoeconómico», en el que la validación de las entradas en el registro distribuido se realiza mediante una pluralidad de sujetos, llamados a alcanzar un consenso distribuido sobre el estado de las transacciones, agrupadas en bloques conectados criptográficamente. Los validadores son incentivados mediante la asignación de criptomonedas (típico de algunas cadenas de bloques) o mediante la distribución de ganancias, a menudo también representadas por tókenes (en este caso, fungibles). El incentivo «criptoeconómico», en cualquiera de sus formas, junto con la complejidad de los mecanismos de validación, actúa también como elemento disuasorio ante los intentos de alteración de la integridad de los registros distribuidos, disuadiendo de conductas nocivas, fruto de la mala fe o de la corrupción.
Cómo funcionan los tokens
Cuando se acuña un token, significa que el contrato inteligente que lo compone comenzará su ejecución distribuida sobre los nodos de la cadena de bloques.
Cada NFT tiene un identificador único dentro del contrato inteligente. Este número de identificación no debe cambiar a lo largo de la vida del contrato inteligente. La pareja dirección de contrato-identificador único será, por lo tanto, un identificativo global para un NFT específico en su cadena de bloques. Si bien algunos contratos inteligentes pueden considerar conveniente comenzar con un identificador único igual a cero y luego aumentarlo en una unidad por cada nuevo NFT generado, quienes interactúan con ellos no deben asumir que la numeración de identificadores tiene un patrón específico, mientras que debe tratarse este identificador como una caja negra.
Una vez acuñado, el token puede ser:
- vendido (o cedido);
- comprado (o recibido);
- comercializado (solo para algunos tipos de tokens).
¿De qué está hecho un NFT?
Un NFT está hecho de un conjunto de datos digitales que se almacenan en una cadena de bloques y que incluyen información sobre el objeto digital que representa. Estos datos pueden incluir el título de la obra, el autor, la fecha de creación y cualquier otra información relevante. Además, un NFT también incluye una dirección única en la cadena de bloques, que se utiliza para identificarlo y verificar su autenticidad.
Es importante tener en cuenta que un NFT no es el objeto digital en sí mismo, sino solo una prueba de propiedad de ese objeto. Por lo tanto, si adquieres un NFT de una obra de arte, no estarás adquiriendo el archivo digital de la obra en sí, sino solo la prueba de que eres el dueño de esa obra.
Este punto en el que nos detenemos tiene gran importancia, ya que, si lo pensamos bien, hasta ahora no hemos tenido, en realidad, la necesidad efectiva de hacer única la representación digital del valor de nuestro bien original. Mientras el token no «cambie de manos», es decir, hasta que no se produzca una primera transacción de intercambio entre dos sujetos, no se plantea el problema de asegurar su autenticidad, proporcionando a quien lo recibe a continuación la certeza de que no es una copia.
En el momento en que alguien quiere transferir el NFT, imaginando que ha identificado a un posible comprador, debe garantizar que el futuro «propietario» pueda presumir de la disponibilidad de un NFT verdaderamente único. Solo así tendría la garantía de que el valor no se ha inflado, con el riesgo de hallarse (a corto plazo) con un token que ya no tiene ningún valor.
¿Cómo se compran los tokens?
La compraventa del token siempre se realiza en la cadena de bloques y sin ningún intermediario cumplimiento de una transacción legal cuya validez está «técnicamente garantizada» por el contrato inteligente
El intercambio (o «swap») solo puede tener lugar en el caso de aquellos tókenes que tengan las características de fungibilidad (por ejemplo, el ERC-20) y puede realizarse en la cadena de bloques utilizando plataformas de intercambio descentralizadas (un DEX es un Decentralized Exchange). De esta forma, por ejemplo, puede utilizarse la misma cantidad de tokens fungibles disponibles (es decir, de los que se conoce la clave privada del monedero a cuya dirección de cuenta están vinculados los tokens), para operar también en cadenas de bloques distintas de aquella en la que se acuñaron originalmente, para una relación de intercambio (obviamente, variable) ofrecida por el DEX que se elija usar.
La cesión o adquisición de un token, por otro lado, también puede realizarse a través de plataformas de intercambio centralizadas, pero el valor siempre se expresará en criptoactivos nativos de la cadena de bloques en la que opera el token.
Comprar o vender un token fungible en una moneda fiduciaria (como el euro) no siempre resulta posible y estará sujeto a las reglas que la plataforma de intercambio centralizada haya establecido.
Comprar o vender un token que no tiene las características de fungibilidad (como los NFT), en cambio, es más fácil y puede realizarse a través de una moneda fiduciaria; en ese caso, sin embargo, es posible que la plataforma de intercambio centralizada ni siquiera esté involucrada.
Metadatos y NFT
Los metadatos son las informaciones con las que pueden equiparse los NFT.
En una transacción realizada con NFT es muy raro encontrar rastros en la cadena de bloques del bien digital original (o digitalizado); esto se debe a que, de hacerlo así, las transacciones alcanzarían dimensiones excesivas, lo que perjudicaría la escalabilidad. En realidad, lo que se transmite mediante el contrato inteligente que gestiona la transacción es un «puntero» (o más de uno) del bien representado, que permanece off-chain, es decir, memorizado fuera de la cadena de bloques.
IPFS (Interplanetary File System)
IPFS es un espacio de almacenamiento en la nube administrado a través de una cadena de bloques. El activo digital representado por el NFT se carga en IPFS y se direcciona a través de su propio hash que, a su vez, se memoriza en la cadena de bloques. De esta manera, nadie puede modificar los datos originales porque, si ello sucediera, cambiaría su hash y, en consecuencia, también su dirección.
¿Dónde se guardan los tokens?
Un error bastante común es creer que los monederos de Bitcoin, así como las cuentas de Ethereum, contienen fondos representados por criptoactivos o por token. En realidad, guardan únicamente claves criptográficas, dado que los criptoactivos o los tokens siempre están presentes en el registro distribuido. El mero conocimiento de la clave privada es lo que permite demostrar la disponibilidad de los criptoactivos o de los tokens que trasferir, sin necesidad de intermediario alguno.
Frente al concepto de «propiedad» de los tokens, por lo tanto, es preferible (en opinión de quien esto escribe) sustituir el concepto de «disponibilidad». De esto se deduce que, estando los tokens depositados en el registro distribuido — de todos y de nadie —, solo aquellos que conocen la clave privada están en condiciones de demostrar su legítima disponibilidad, y solo cuando se utiliza. Irónicamente, si en el registro distribuido nunca hubiera transacciones (tal como se describen en este apartado), los criptoactivos nunca pertenecerían a nadie.
Aplicaciones por sectores
Habiéndose superado el furor mediático provocado por el criptoarte, que se consolidará alcanzando una «meseta de productividad» muy respetable en tiempos quizá más cortos de lo esperado, concluimos nuestro viaje por el mundo de los NFT, compartiendo las posibles direcciones de desarrollo estratégico de los tókenes no fungibles. Enumeramos, en riguroso orden alfabético, las áreas en las que los NFT podrían tener un mayor impacto y para las que proponemos un breve examen:
- Cine;
- Facturación electrónica;
- Identidad digital;
- Marketing digital;
- Medio ambiente;
- Metaverso;
- Mundo editorial;
- Música;
- Patentes;
- Valores bursátiles.
Ventajas y desventajas de los tokens
El consenso distribuido basado en un incentivo criptoeconómico como el de las DLT públicas sin permisos, que solo puede lograrse mediante la utilización de elevados recursos computacionales, usados únicamente para resolver el criptoenigma y demostrar una «Prueba de trabajo», plantea serios problemas en términos de sostenibilidad.
Sin embargo, para un proyecto NFT, es profundamente erróneo suponer que no deben tomarse en consideración las cadenas de bloques públicas sin permisos. De hecho, existen otros sistemas de consenso distribuidos «más sostenibles», también aplicables a las cadenas de bloques públicas, y que pueden garantizar un excelente principio de Pareto entre las necesidades de descentralización y escalabilidad.
El trilema de la escalabilidad
En las cadenas de bloques, si la descentralización es la premisa de una red distribuida, la seguridad es el aspecto más importante, especialmente en arquitecturas sin permisos, ya que implican a un conjunto de actores no confiables. Dicho esto, también hay un tercer aspecto que merece nuestra atención: la escalabilidad, es decir, la cantidad de transacciones que un sistema puede procesar por segundo. Llamamos «trilema de la escalabilidad» al compromiso que debe buscarse en los sistemas de consenso distribuido, capaz de conciliar estos tres elementos.
Está claro que una cadena de bloques más escalable, basada en protocolos de consenso distribuidos que consuman menos energía (como PoS o DPoS), también será una cadena de bloques más sostenible.
*El texto de este artículo ha sido extraído libremente del libro “Todo sobre los NFT: Criptoarte, token, cadenas de bloques y sus aplicaciones”, 13 octubre 2022, 216 páginas, Hoepli Ediciones, de Roberto Garavaglia, disponible en librerías y en Internet.