La industria del consumo está cambiando a pasos agigantados, ya que los clientes exigen cada vez más experiencias y productos de tinte personalizado, elevan constantemente los requisitos de los tiempos de lanzamiento, aparecen nuevas complejidades en los diseños (característica típica del posfordismo), se piden lotes de tamaño unitario en el momento de fabricar, e irrumpieron nuevas tecnologías tales como la inteligencia artificial, la internet de las cosas y la cadena de bloques. Los gemelos digitales pueden ayudar a enfrentar estos retos.
Dichos gemelos son representaciones virtuales (réplicas digitales de algo) usadas para administrar diversos aspectos de una empresa que fabrique o venda productos de consumo, como el diseño de objetos y paquetes, la optimización constante de productos conectados, y el ideado y la optimización de los procesos de manufactura. Más bien, son atractivos para estas industrias porque pueden hacer mejores los campos del diseño e innovación, llevar más atractiva la colaboración y habilitar la operación continua de productos y activos conectados. Todo esto en un entorno de transformación digital constante y rápido.
Es notorio cómo se beneficia la industria de consumo con la digitalización. Al crearse un producto, los gemelos digitales hacen más eficiente su diseño y desarrollo. Además, son vitales para actualizar y ejecutar rápidamente la producción impulsada por las exigencias de los clientes. A su vez, son claves para las cadenas de suministro al poderse usar como modelo de riesgo y ejecución. Por último, resultan un sostén para la venta y la fidelización del consumidor al dar bases de datos para personalizar los productos, habilitar el comercio directo y capturar las experiencias del público.
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Las empresas de productos de consumo, por lo general, buscan entender las necesidades y pretensiones reales de los compradores y generarles nuevas. Deben pasar de estar motorizadas por la demanda, la entrega y la productividad, para comenzar a vender vivencias basadas en la recopilación de información transmitida desde la cadena de valor extendida y con vistas a la personalización masiva.
Esto hace que la industria esté acelerando su transformación como nunca antes. La digitalización ha llegado a todos los sectores de la mano de la nube virtual, los celulares inteligentes, los datos masivos o el internet de las cosas. A su vez, los fabricantes ven mucho potencial en la inteligencia artificial, los robots colaborativos, los vehículos autónomos, las impresoras en tres dimensiones, la realidad virtual y aumentada, o la cadena de bloques usada en las criptomonedas.
Las fábricas saben que las estrategias de ecosistema son imprescindibles para una mejor adaptabilidad, ya que el trabajo mutuo y la colaboración entre compradores, proveedores y socios impulsan un mejor abordaje de los desafíos que ya se están viviendo en el mercado y en el mundo.