Así como el cuidado del medioambiente es un tema que cobró importancia en el último tiempo, también lo hizo algo que será fundamental de aquí en adelante: evitar el desperdicio de alimentos. Según datos de la FAO, a nivel global un 14% de los alimentos que se cosechan no se consumen y se pierden o desechan entre la producción y su llegada al comercio minorista.
En una misma línea, en 2021 la organización publicó un informe con una cifra realmente alarmante: aproximadamente un 17% del total de los alimentos disponibles para los consumidores terminaron en los contenedores de basura. Es decir, cerca de 931 millones de toneladas de alimentos.
En cuanto a Latinoamérica y el Caribe, se estima que se pierden 220 millones de toneladas de alimentos al año, cuando el hambre afecta a más de 47 millones de personas. En este contexto, el Agro se convirtió en una herramienta para detener el desperdicio y potenciar la venta de los frutos del campo. ¿Cómo? A partir de nuevas soluciones tecnológicas que están aportando innovación a los procesos de transformación digital.
La situación en Colombia
En Colombia, el desperdicio de alimentos ha llegado a alcanzar en un momento picos del 58%. A su vez, un relevamiento de WWT arrojó que gran parte de los colombianos no entienden el impacto que su alimentación tiene sobre la naturaleza, y “aunque tres de cada diez colombianos afirman que no han desechado comida en el último mes, las cifras son desalentadoras: el desperdicio en los hogares colombianos se calcula en 1,5 millones de toneladas anuales, equivalente a 32 kilos per cápita”; señala la organización.
El contexto hizo que florecieran varias aplicaciones para combatir este fenómeno. El sitio Agro Negocios cuenta que hay startups que, por ejemplo, acercan directamente a productores y consumidores, sin intermediarios. Estas nuevas soluciones están permitiendo bajar los residuos en un 4 y un 5 por ciento, aseguran los especialistas.
A su vez, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuarias, en conjunto con MinTic, se encuentran estudiando los suelos por los cultivos a través de tecnologías de última generación.