Históricamente, la región latinoamericana ha cumplido un rol más que importante como abastecedor de alimentos a nivel mundial. La riqueza de sus suelos y las bondades de su clima, le han dado un lugar protagónico en ese sentido, aunque muchas veces lo ha desaprovechado por faltas de políticas claras y reglas económicas efectivas.
Más allá de eso, a veces más y a veces menos, Latinoamérica nunca dejó de ser relevante. Y bajo esa realidad es que fue incorporando de a poco una mirada tecnológica dentro sector para mejorar mucho de sus procesos.
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Agricultura Climáticamente Inteligente
Un ejemplo de esto es la adopción de un modelo que se conoce como la Agricultura Climáticamente Inteligente (Climate Smart Agriculture), que es considerado como uno de los más efectivos para fomentar la buena relación entre los sistemas agrícolas y el clima.
Tal como describen los expertos, este modelo está orientado a optimizar la flexibilidad y la adaptación ante los cambios climáticos, y a mitigar las emisiones de gases que ocasionan el efecto invernadero. Por eso, sigue prácticas agrícolas sostenibles que, además, incrementan la productividad.
Teniendo en mente la seguridad alimentaria de las próximas generaciones, es urgente la necesidad de una transformación agrícola. Sobre todo, en medio de las constantes alteraciones climáticas que viene atravesando el mundo desde hace varios años.
Tres desafíos para la Agricultura
Desde ese lugar, estos mismos especialistas imaginan que la agricultura tendrá principalmente tres desafíos a afrontar de aquí en adelante: que haya la cantidad de alimento suficiente para abastecer a la población urbana; reducir el impacto de sus procesos productivos en el medio ambiente; enfrentar las consecuencias de la ampliación de los cultivos en los países en desarrollo.
En ese sentido, el enfoque de Agricultura Climáticamente Inteligente, priorizando el equilibrio y el uso consciente de los recursos, podría ser uno de los caminos para encarar estas situaciones. Este camino consiste en una respuesta integral al hambre y a las oscilaciones climáticas, con la idea de borrar los errores cometidos en el pasado en materia de sostenibilidad.
“La agricultura inteligente orientada al clima es una metodología que fomenta las acciones necesarias a la transformación de los sistemas agrícolas y asegurar la seguridad alimentaria en un clima progresivamente cambiante”, señalan los expertos argentinos.
Objetivos claros
Los objetivos de la Agricultura Climáticamente Inteligente son bastante específicos: Incrementar, bajo una perspectiva sostenible, la producción agrícola bajo una perspectiva sostenible; Fortalecer la resistencia de los cultivos ante las modificaciones climáticas; Achicar las emisiones de gases que causan el efecto invernadero tanto como sea posible.
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