La disponibilidad de alimentos nutritivos, el acceso de las personas a estos y un consumo nutricionalmente adecuado son los tres conceptos fundamentales sobre los que se asienta el concepto de “seguridad alimentaria”.
Los cambios en el clima, la degradación de los suelos o la escasez de los recursos hídricos son solo algunas de las tantas amenazas que la ponen en peligro en todo el mundo, sumado a los recientes efectos económicos y sociales que generó la reciente pandemia de COVID 19.
Pero con el avance de la tecnología y el desarrollo de la inteligencia artificial este conjunto de estrategias de seguridad se vio optimizado.
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¿A qué se considera seguridad alimentaria?
La seguridad alimentaria consiste en la aplicación de estrategias para garantizar que todos los alimentos sean seguros para el consumo, es decir que busca que los alimentos no supongan un riesgo para la salud de las personas y que sean saludables y nutritivos.
La seguridad alimentaria se centra en tres pilares esenciales:
Disponibilidad física
Los alimentos deben estar disponibles para todas las personas, por lo que se deben cuidar aspectos como la producción y su número de existencias.
Acceso
Los alimentos deben ser económicamente accesibles para todas las personas de la sociedad.
Estabilidad
La seguridad alimentaria debe ser estable y no solo producirse durante un período de tiempo determinado, no puede ser un hecho puntual y aislado.
Cabe recordar que en todos estos aspectos influyen factores externos de un territorio como el clima, los conflictos, las guerras y los desastres naturales. Además, en los países en vías de desarrollo, los principales problemas relacionados con la seguridad alimentaria tienen que ver con el acceso al agua potable, las dietas en alimentos poco saludables y con bajos nutrientes esenciales y la escasez de alimentos.
Sin embargo, en los países desarrollados, los problemas de seguridad alimentaria están más relacionados con las deficiencias en la producción, manipulación o conservación.
En pocas palabras, la seguridad alimentaria engloba múltiples aspectos que, aunque todos estén de algún modo relacionados con el suministro de alimentos, son netamente diferentes. Así, se combinan elementos de ciencia o tecnología de los alimentos y control de calidad.
¿Qué dice la FAO sobre la seguridad alimentaria?
De una forma muy sencilla, podemos decir que la seguridad alimentaria es aquella situación en la que todas las personas tienen acceso a alimentos suficientes, seguros y nutritivos.
Según las conclusiones de la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, la seguridad alimentaria “se consigue cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana”. Una vez que comprendemos este concepto básico, podemos definir los pilares básicos de la seguridad alimentaria.
En primer lugar, tal y como lo indica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se debe garantizar la disponibilidad de alimentos, por lo que se trata de asegurar los procesos de importación o producción, según los casos, así como su debido almacenamiento. En el caso de los países en vías de desarrollo, este factor se conecta con las políticas de ayuda internacional para el suministro de alimentos.
En segundo lugar, la seguridad alimentaria también está conectada con la estabilidad del suministro. Por lo tanto, supone implementar las previsiones adecuadas en cuanto a la planificación de cosechas, almacenamiento y planes de contingencia para paliar posibles faltas de suministros.
En tercer lugar, se debe garantizar el acceso a los alimentos, tanto a nivel exclusivamente físico, como de transporte o logística y económico.
Finalmente, el último aspecto de la seguridad alimentaria, y quizás el más conocido en nuestro entorno, es el que se refiere a la seguridad en el consumo, a que todos los alimentos sean inocuos para la salud, de buena calidad y nutritivos.
Como podemos notar, el concepto de seguridad alimentaria se puede usar en distintos sentidos y tiene diversas implicaciones según el contexto.
¿Cómo se logra la seguridad alimentaria?
La FAO define al hambre como desnutrición crónica y la mide por el promedio nacional de a cuántas calorías accede cada persona a diario, así como la prevalencia de menores de cinco años con bajo peso. Para erradicar la pobreza, la seguridad alimentaria y la nutrición tienen un rol fundamental.
De hecho, la alimentación es un derecho básico y vinculado al segundo de los futuros Objetivos de Desarrollo Sostenible que incluyen la meta de erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria, como también mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible para el 2030.
El programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo promueve prácticas agrícolas sostenibles para mejorar la vida de millones de agricultores a través del Green Commodities Programme, es decir, Programa de Productos Básicos Verdes. De acuerdo al Programa Mundial de Alimentos, el mundo necesita un sistema de alimentación que cubra las necesidades de más de 2500 millones de personas más que poblarán la Tierra en 2050.
Sin embargo, lograr la seguridad alimentaria requiere de mucho más que palabras, se necesitan acciones colectivas, incluso esfuerzos para duplicar la producción de alimentos a escala global, reducir el desperdicio y experimentar con distintas alternativas alimentarias.
Claramente, no existe una solución única para todos para mejorar la seguridad alimentaria, el Fondo para el Desarrollo Sostenible coordina con varios actores públicos y privados, como agencias de la ONU, la implementación de programas piloto innovadores en el terreno.
Por ejemplo, el Fondo para el Desarrollo sostenible trabaja para atender la seguridad alimentaria y la nutrición en Bolivia y El Salvador, en el que campesinos se benefician de su trabajo para fortalecer los sistemas de producción agrícola locales.
Además, involucran a mujeres y pequeños agricultores como una parte de sus esfuerzos transversales para diseñar una respuesta más integrada a los desafíos del desarrollo.
Existen varios factores que deben desempeñar un papel crítico para alcanzar la meta del hambre:
- Un crecimiento económico que genere avances importantes en la reducción del hambre y la pobreza.
- Una mayor productividad agrícola producto de distintas mejoras, en especial en pequeños y medianos agricultores, como el caso de los agricultores familiares, ayudando a mejorar la seguridad alimentaria.
- La creación de sistemas de alimentación que ofrezcan mejores resultados nutricionales y que sean fundamentalmente más sostenibles, es decir, que requieran de menos superficie de tierras y que sean más resistentes a los cambios climáticos.
Los desafíos en sí son demasiado grandes por la creciente población mundial que, según estimaciones, requerirá entre un 60% a 70% más de alimentos para cubrir el cambio estimado en la demanda y las dietas.
Siempre que no sigamos desperdiciando casi un tercio de lo que producimos, tendremos que reevaluar la producción agrícola y de alimentos en términos de la cadena de suministro y tratar de mejorar la calidad y los aspectos nutritivos en toda la cadena de valor.
La nutrición y la seguridad alimentaria deben ser motivos importantes y de preocupación para todos, especialmente si pretendemos erradicar el hambre y combatir la inseguridad alimentaria en todos sus aspectos.
Por lo tanto, alimentar a la creciente población mundial debe ser un esfuerzo en conjunto y que difícilmente sea logrado únicamente por los gobiernos de los distintos países y las organizaciones internacionales.
En esta línea, José Graziano da Silva, director general de la FAO, comentó: “Haber casi logrado el ODM del hambre nos muestra que podemos eliminar ese flagelo en nuestra vida. Debemos ser la generación Hambre Cero. Ese objetivo debe introducirse en todas las intervenciones políticas y debe ser el eje de la nueva agenda de desarrollo sostenible que se aprobará este año”.
Estrategias que se han usado para disminuir el impacto de la inseguridad alimentaria
Los enfoques basados en la entrega de dinero en efectivo se han convertido en una estrategia cada vez más habitual para brindar asistencia alimentaria a las personas. Una revisión sistemática investigó la eficiencia y eficacia en la implementación de estos enfoques en entornos de emergencia humanitaria.
Dicha revisión dio como resultado que las transferencias monetarias no condicionadas y los distintos cupones alimenticios pueden mejorar considerablemente la seguridad alimentaria de los hogares afectados por la sequía, conflictos o la inseguridad alimentaria.
Las transferencias monetarias conducen a mayores mejoras en la diversidad y calidad de la dieta que las transferencias propias de alimentos, aunque estas últimas tienen un éxito mayor en aumentar la ingesta calórica per cápita.
Finalmente, las transferencias monetarias tienen un menor costo por beneficiario que los cupones, los que a su vez cuentan con un menor costo por beneficiario que la distribución de alimentos en especie.
Actualmente, la mayoría de las personas que se encuentran en situación de pobreza alrededor del mundo dependen de la agricultura. Es por ello que la seguridad alimentaria y la agricultura están siendo promovidas por los distintos organismos de desarrollo y los gobiernos internacionales como parte de una estrategia para favorecer a las personas en situación de pobreza y fortalecer el crecimiento económico.
Estas intervenciones agrícolas incluyen tecnología, habilidades, etc. Además, se ha planteado analizar el impacto de algunas intervenciones como las escuelas de campo para agricultores, el pago por servicios ambientales, la titulación de tierras, la capacitación y la tecnología o la gestión forestal descentralizada.
Por otra parte, un análisis de cinco revisiones sistemáticas llegó a la conclusión, entre varios resultados, de que las reformas de titulación de tierras tienen efectos positivos sobre la productividad agrícola y en los ingresos de aquellos beneficiados. Asimismo, las innovaciones tecnológicas impactan positivamente en la seguridad alimentaria familiar, mientras que las escuelas de campo para agricultores demostraron ser más eficaces en incrementar la producción agrícola.
No obstante, aunque también se obtuvieron otros resultados, aún queda pendiente comprender por qué algunos programas son mucho más eficaces que otros, por lo que expertos recomiendan que se realicen más investigaciones que estudien la gama completa de los impactos relevantes y evalúen resultados sociales más amplios.
En el caso del continente africano, muchas personas que se encuentran en situación de pobreza dependen de sus pequeñas granjas para poder subsistir. De hecho, ha surgido un gran interés en tratar de reducir la pobreza en la región mediante el apoyo a estos agricultores para que produzcan una cantidad mayor y rentabilicen sus exportaciones. Dichas intervenciones incluyen la capacitación de los agricultores y la introducción de nuevas técnicas y productos agrícolas, como es el caso de nuevos tipos de cultivos y/o fertilizantes.
A pesar de que los donantes internacionales y los gobiernos han invertido cantidades considerables de dinero en estos enfoques, el efecto de dichas intervenciones en materia de seguridad alimentaria y sus resultados económicos son inciertos. De hecho, una revisión de más de 15 estudios realizados en África llegó a la conclusión de que las intervenciones que proporcionan insumos químicos o biológicos, como fertilizantes o variedades de cultivos, a los pequeños agricultores los beneficia, ya que mejoran los ingresos de estos y, por ende, su seguridad alimentaria.
Existen casos particulares en la región de África como la introducción de la batata de pulpa anaranjada que ha marcado una notable mejora en su estado nutricional. Asimismo, las intervenciones que se centran en brindar capacitación a dichos agricultores pueden aumentar sus ingresos notablemente, aunque, de momento, existen pocos estudios que evalúen tales intervenciones.
Inteligencia artificial y seguridad alimentaria
Los distintos tipos de tecnologías basadas en la inteligencia artificial y el Big Data comenzaron a revolucionar el mundo, marcando un antes y un después en la industria de los alimentos. Entre sus múltiples aplicaciones nos encontramos, por ejemplo, con la de conocer mejor las necesidades de los clientes, crear y desarrollar campañas de marketing más efectivas o ayudar a asegurar la inocuidad de los alimentos.
Además, una de las principales utilidades de la inteligencia artificial y el Big Data es la mejora de la eficiencia de las empresas. Estas tecnologías permiten obtener una gran cantidad de información sobre los mercados, las tendencias actuales o las preferencias de los consumidores, ya que pueden analizar enormes cantidades de información.
Dicha información puede provenir de las redes sociales, de los datos de consumo, de los lugares que visitamos, entre otros, permitiendo a las empresas del sector orientar sus decisiones en la dirección más adecuada para poder mejorar su planificación estratégica.
Sin embargo, la mejora de la eficiencia no es la única utilidad. La inteligencia artificial y el Big Data también son de gran utilidad para ayudar a las compañías a garantizar la calidad de sus productos y la inocuidad.
Una de las principales aplicaciones del Big Data y la inteligencia artificial, en materia de seguridad alimentaria, es la biología predictiva. Con dicha tecnología es posible utilizar un conjunto de datos para establecer modelos de crecimiento microbiano en matices alimentarios, en función de diferentes parámetros como el ph, la humedad o la temperatura. Estos modelos pueden ayudar a las empresas a diagnosticar problemas en la cadena de producción como deficiencias de calidad o contaminaciones por patógenos.
Además, el Big Data también puede ser de gran utilidad para mejorar la trazabilidad y realizar seguimientos del estado de los productos a lo largo de su cadena de producción, procesamiento y suministro. Por otra parte, a través de sensores, se puede llegar a monitorear de forma precisa el estado de los alimentos en función de distintos parámetros, tanto físicos como químicos, siendo de una gran utilidad para reducir el desperdicio de alimentos.
Esto nos lleva a la conclusión de que es innegable e irrefutable que la inteligencia artificial comienza a jugar un papel muy importante en la industria alimentaria y que, a medida que pase el tiempo, tendrá un rol más crucial en este tipo de empresas. Dichas estrategias cada vez se encuentran más presentes y suponen un avance importante para el sector.
El surgimiento de las foodtech
El avance de la tecnología ha logrado importantes cambios en el mundo y en las reglas del juego en muchas industrias. Sin embargo, en el caso de la alimentaria, aún existen problemas a la hora de innovar. Los retos para el sector son numerosos, incluida la sostenibilidad alimentaria, y las foodtech marcan el camino.
En la actualidad, la tecnología es el ingrediente más cotizado, tal como es reflejado en la ascendente inversión en proyectos de innovación, en especial en los vinculados al ecosistema foodtech, por parte de la industria agroalimentaria mundial. El objetivo es poder adaptarse a los nuevos tiempos y llegar a unos consumidores cada vez más exigentes y con hábitos alimenticios más sostenibles y saludables.
Las foodtech son compañías y proyectos que aprovechan la tecnología al máximo como el internet de las cosas, el Big Data y la inteligencia artificial para transformar la industria agroalimentaria en un sector mucho más moderno, sostenible y eficiente en todas sus etapas, abarcando desde la elaboración de los alimentos hasta su distribución y posterior consumo.
Dichos proyectos de investigación y desarrollo están, por lo general, en manos de startups sumamente innovadoras que realizan una fuerte inversión y tratan de aportar soluciones creativas y tecnológicas a desafíos contemporáneos, entre los que se destacan el crecimiento demográfico y sus afecciones en la seguridad alimentaria, los efectos del cambio climático, la digitalización de la sociedad, la escasez de recursos naturales, el desperdicio alimentario y el impacto medioambiental de la producción de alimentos.
¿Cuál es el impacto de las foodtech?
En la actualidad, las empresas foodtech representan tan solo una porción muy pequeña de la industria agroalimentaria, pero se han convertido en una parte muy importante del sector. Algunas cotizan en el Índice Nasdaq, centrado en empresas tecnológicas, como por ejemplo Beyond Meat, que ha sido financiada, entre otros grandes inversores, por personas famosas como Leonardo Di Caprio y Bill Gates.
Por otra parte, el potencial de las startups foodtech ha convencido a los analistas de mercado. En plataformas como Research and Markets existen estudios como el Global Foodtech Market Analysis & Forecast 2016-2022 que otorgan a este sector un valor de más de 250 mil millones de dólares en 2022 gracias, en gran parte, a la popularización del comercio electrónico, el crecimiento del internet y la penetración de los teléfonos inteligentes.
Tendencias actuales y ejemplos de foodtech
En la actual “revolución alimentaria” provocada por las foodtech, se destaca, sobre todo, la agricultura biotecnológica, las plataformas de compra y venta de productos agrarios, la bioenergía y los biomateriales, así como también la robótica agrícola, los alimentos ecológicos y los nuevos sistemas de cultivos, entre otras categorías. De hecho, el portal TechFood Magazine identifica algunas tendencias foodtech:
Las proteínas vegetales y la carne sintética
Las hamburguesas creadas en laboratorios están gozando de críticas favorables y causando una gran sensación en el público. También existen prototipos de filetes de carne artificial que podrían comercializarse en 2 o 3 años.
El snacking y el upcycling
Las algas, los insectos y la piel sobrante de salmón son ingredientes que ya se pueden encontrar en la categoría de aperitivos saludables, cuyo mercado internacional podría alcanzar un valor estimado de 32 mil millones de dólares en 2025, según vaticina Grand View Research.
La automatización de supermercados y restaurantes
Cocineros y mozos robóticos, vehículos de reparto dirigidos a distancia y drones que supervisan los lineales y realizan el inventario en tiempo real son solo algunas de las innovaciones de la venta al público.
La trazabilidad alimentaria
Las enormes superficies están comenzado a utilizar la tecnología blockchain para garantizar, por ejemplo, que la carne de pollo proceda de aves libres de antibióticos.
Las dietas personalizadas
Este mercado de 127 mil millones de dólares a nivel global cuenta con iniciativas de éxito en Japón, como un programa utiliza la IA, las redes sociales y el ADN para crear menús adaptados a cada persona.
Como se puede apreciar, la industria alimenticia y de seguridad alimentaria está evolucionando a pasos agigantados, y la llegada de la tecnología y la inteligencia artificial es uno de los principales impulsores.
Por Gonzalo Castillo.
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