Conscientes de que van a la zaga en lo que respecta a la regulación de la IA, los Estados Unidos está intentando ponerse las pilas. Lo están haciendo gracias al empuje que ha ejercido el Comité Asesor Nacional sobre Inteligencia Artificial (NAIAC), especialmente preocupado por la inteligencia artificial generativa, que si bien está generando mucho entusiasmo entre las organizaciones y los ciudadanos particulares, sin reglas podría tornarse una tecnología peligrosa.
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El consejo de la NAIAC: más recursos expertos
Todo comienza con un informe elaborado por la NAIAC donde se puso por escrito los temores de muchos: que esta ola tecnológica que ha comenzado continúe sin control, avasallando los derechos de muchos. Un temor que los expertos advierten desde hace tiempo, incluso antes de este documento. Estados Unidos ya había empezado a dar algunos pasos en la dirección correcta.
Uno de ellos es la reciente petición formal de comentarios por parte del Departamento de Comercio de EE.UU. sobre cómo se verifican los algoritmos de aprendizaje automático. A esto se añade la “amenaza” de la Comisión Federal de Comercio de castigar a las empresas que utilicen la IA para engañar a los ciudadanos, pisoteando sus derechos civiles. Los rumores de una próxima legislación bipartidista también son una buena señal.
En este contexto de pequeños pero importantes indicios de cambio, el informe de la NAIAC representa un avance decisivo porque da al gobierno instrucciones precisas sobre cómo moverse. Todo, o casi todo, gira en torno a los recursos humanos. Lo que se necesita ahora, de hecho, es reestructurar la mano de obra para afrontar mejor los retos que plantea la IA generativa.
En particular, la NAIAC pide al presidente Biden que nombre inmediatamente un director de la Oficina Nacional de Iniciativas de IA y un líder tecnológico.En la Casa Blanca, también sería necesario introducir el papel de jefe responsable de la IA, un experto que se encargaría de aplicar y hacer avanzar las estrategias para el desarrollo de una IA fiable.
Consejo de Tecnología Emergente
Además de estos “individuos”, también se necesita fuerza de equipo. De hecho, la idea sugerida por la NAIAC es establecer un Consejo de Tecnología Emergente que pueda dirigir las políticas estadounidenses, centrándose en los derechos civiles y la equidad, la economía y la seguridad nacional. Junto a este grupo de altos cargos de la Casa Blanca, habría también un grupo de trabajo complementario formado por varias agencias. Su tarea consistiría en apoyar a las pequeñas y medianas organizaciones para que diseñen y apliquen la IA de forma segura, a pesar de que no dispongan de recursos financieros y humanos internos en los que confiar.
Necesitamos una ley de IA para dummies
Si el gobierno estadounidense consigue poner esto en marcha, será más fácil y natural regular la IA, según la NAIAC. Lo que falta hoy en día son las competencias y las personas dedicadas a esta tecnología, seres humanos capaces de estudiarla y tratarla “con menos ingenuidad que las masas”.
No hay mucho tiempo para pensar en cómo regular las novedades en este campo: la tecnología se ha extendido de forma inmediata y descontrolada y ya están surgiendo demandas ante las que no está claro cómo actuar.
No partimos de cero, hay pasajes de la legislación que proporcionan cierta orientación, pero ahora es el momento de introducir una nueva regulación para mitigar los peligros potenciales. Los sectores más amenazados son la educación y la sanidad, que figuran entre los más sensibles e implican a muchos ciudadanos. Por lo tanto, es necesario acelerar el ritmo para tratar de proporcionar herramientas y referencias valiosas al gran número de personas de todo el mundo que están tratando de entender este cómo y por qué utilizar la IA generativa por primera vez.
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