“Lo único de lo que estamos seguros es que vamos a tener que aprender cosas nuevas y desaprender cosas que ya no sirven para nada”. Con esta poderosa afirmación, Alejandro Melamed, reconocido internacionalmente como conferencista, coach ejecutivo y referente en el futuro del trabajo, abre una reflexión sobre los desafíos que plantea la transformación digital y la irrupción de la inteligencia artificial (IA). En una época marcada por cambios vertiginosos, Melamed enfatiza la importancia de cultivar habilidades humanas como la empatía, la comunicación y el liderazgo, junto con una mentalidad abierta al aprendizaje continuo.
En su conversación con Innovación Digital 360, Melamed analiza cómo la automatización y el análisis de datos transforman los modelos de liderazgo y la toma de decisiones en las organizaciones. Destaca la necesidad de un uso ético y transparente de estas tecnologías, y remarca la importancia de que la última palabra siempre debe estar en manos humanas.
Desde su extensa experiencia como vicepresidente de Recursos Humanos en Coca-Cola hasta su rol actual como director de Humanize Consulting, comparte su visión sobre cómo las empresas pueden equilibrar la adopción de tecnologías avanzadas con el fortalecimiento de valores y propósito organizacional.
Melamed invita a pensar en el futuro del trabajo y en el papel fundamental de las empresas para liderar con propósito.
En un contexto donde la IA avanza rápidamente, ¿cómo creés que debería evolucionar la formación profesional para preparar a los futuros líderes y trabajadores? Considerando que muchas habilidades tradicionales pueden quedar obsoletas, ¿cuáles serían los enfoques de capacitación más efectivos para mantener la relevancia?
Alejandro Melamed: Yo creo que la clave para formar a los futuros líderes y trabajadores tiene que ver con empezar a trabajar en una mentalidad diferente. Una mentalidad diferente quiere decir cuál es el enfoque que tenés que darle a todo lo nuevo que viene. Hoy en día estamos hablando de inteligencia artificial; mañana no sabemos de qué vamos a hablar. Creo que lo único de lo que estamos seguros es que vamos a tener que aprender cosas nuevas y desaprender cosas que ya no sirven para nada.
Entonces, creo que, en esa dirección, hay cuestiones que se sostienen a través del tiempo y que tienen que ver con la comunicación, la empatía, el liderazgo, la influencia, la creatividad, la innovación y el trabajo en equipo. Me parece que eso es lo que se sostiene independientemente de los cambios tecnológicos que se vayan generando. Por otro lado, creo que tenemos que formar en valores a las personas, porque eso también se sostiene a través del tiempo.
Además, me parece que tenemos que ir conformando esa capacidad de aprender a aprender, abrazar lo nuevo, abrazar lo diferente y abrazar lo que nos hace desarrollarnos permanentemente.
La IA y la automatización permiten a las empresas analizar grandes volúmenes de datos. ¿Cómo creés que esta capacidad afectará la toma de decisiones éticas y el liderazgo con propósito en las organizaciones?
Alejandro Melamed: Creo que este es un excelente tema. Me parece que hay un tema ahí, el de la ética, que tiene que ver también con los sesgos que se utilizan para tomar decisiones. Me parece que hay una cuestión en la cual tenemos que considerar, primero, cuáles son los fundamentos éticos sobre los cuales se va a desarrollar, preservando lo que es la intimidad y lo que es la confidencialidad, por un lado.
Por otro lado, también evitando la subjetividad que muchas veces existe y los sesgos que tenemos. Además, tenemos que velar por la transparencia en todo sentido y por la utilización ética de los datos. Con lo cual, me parece que parte de lo que se viene es la necesidad de tener nuevos roles en las organizaciones y nuevos modelos de trabajo en los cuales se nos permita, a todos nosotros, sostener la ética que siempre se pregonó y evitar cualquier tipo de malversación o mala utilización de los datos.
¿Qué rol jugará el análisis de datos en la definición de valores y objetivos en las empresas?
Alejandro Melamed: Yo creo que el análisis de datos va a tomar un rol diferente, porque muchas veces se lo interpreta como una lectura de lo que pasó, es decir, como un balance de algo ya sucedido. Me parece que, hoy en día, se lo va a tomar más como una cuestión de proyectar, de tratar de ser predictivo, de tratar de ser un poco la previsión de lo que va a venir. En ese sentido, me parece que va a apoyar, sustentar e impulsar que los valores y los propósitos organizacionales estén presentes en cada una de las decisiones y en cada una de las acciones que se llevan adelante.
¿Hasta qué punto es justo depender de algoritmos para decisiones que afectan directamente las oportunidades laborales de las personas?
Alejandro Melamed: Mi impresión y mi punto de vista es que uno no puede depender 100% de los algoritmos. Creo que entramos en una era donde el algoritmo es una ayuda y es parte de un equipo que se arma entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana, con lo cual se potencia la inteligencia humana. Quien tiene que tomar la última decisión es el ser humano, no el algoritmo. El algoritmo, de hecho, muchas veces, lo que pasa es que puede decir cualquier cosa porque es predictivo, porque es estadístico, y no tiene criterio, no tiene sentido común, no tiene conciencia. Con lo cual, definitivamente, quien tiene que tomar la decisión es el humano.
Hoy vemos que la IA no solo reemplaza tareas operativas, sino que comienza a influir en el trabajo creativo. ¿Cómo creés que el equilibrio entre creatividad humana e inteligencia artificial cambiará el concepto de “trabajo significativo”?
Alejandro Melamed: También es una pregunta muy interesante. Yo creo que nosotros estábamos acostumbrados a definir que los robots lo que hacían era sustituir trabajos repetitivos. Sin embargo, hoy lo que hacen es sustituir otro tipo de trabajo que es más sofisticado. Entonces, en ese sentido, mi punto de vista es que tenemos que ir descubriendo permanentemente cuál es el punto de colaboración entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana.
De hecho, hoy se está hablando de la inteligencia aumentada, que es la sumatoria de las dos. Creo que el equilibrio viene por encontrar cómo se potencian y de qué manera una alimenta a la otra. Y, desde ya, cuando hay que aplicar criterios, sentido común, conciencia, ética, etcétera, es el ser humano quien lo pone sobre la mesa.
¿Es posible que la IA aporte algo nuevo al campo de la creatividad sin desplazar el valor humano?
Alejandro Melamed: Sí, definitivamente, yo creo que la inteligencia artificial puede aportar al campo de la creatividad. Sobre todo, puede dar herramientas, modelos, referencias, perspectivas, conjugar ciertas cosas y crear cosas nuevas. Creo que eso no estábamos acostumbrados y ahora llegó la era donde es como, antes, para poner una analogía, que es lo que siempre dice el doctor Juan Corbalán, que es uno de los especialistas más grandes.
Lo que él dice es que, antes, teníamos como una licuadora donde sabíamos que, si le poníamos leche, azúcar y banana, iba a salir un licuado de banana con leche. Creo que hoy pueden salir otras frutas, pueden salir otro tipo de licuados que no nos imaginamos, y es ahí donde se potencia la fuerza que tiene la inteligencia artificial.
¿Qué medidas o prácticas podrían adoptar las empresas para asegurarse de que el uso intensivo de IA no lleve a una sobrecarga o dependencia tecnológica excesiva?
Alejandro Melamed: Yo creo que la mejor medida o práctica que se puede implementar es mucha educación, mucha concientización, generar espacios de diálogo, tratar de dar herramientas, que la gente se conecte y que le saque el jugo. Creo que hay ciertos mitos respecto a, bueno, los que utilizan inteligencia artificial son los vagos.
En realidad, es justamente alimentarse de todo lo que te da la herramienta para después poder dedicarse a lo que uno tiene que dedicarse. Hoy las estadísticas todavía no son claras sobre si incrementa la productividad o no. Creo que la clave es que nos incremente la productividad y que podamos dedicarnos a aquellas cosas que están reservadas exclusivamente a los seres humanos.
