Compliance 2025

PwC detectó que una de cada dos empresas recurre a la IA para mejorar su política de transparencia



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La transformación digital del compliance avanza con fuerza. Según una encuesta global, las organizaciones integran herramientas automatizadas para anticipar riesgos, agilizar procesos y adaptarse a nuevas exigencias regulatorias.

Publicado el 11 de abr de 2025

Nicolás Della Vecchia

Jefe de redacción



Equipo de trabajo - Oficina - Empresas

La mitad de las empresas del mundo ya usa Inteligencia Artificial (IA) como parte central de sus políticas de transparencia, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Global de Compliance 2025 que realizó PwC entre 1.802 ejecutivos de 63 países.

El dato resume una tendencia que ya dejó de ser experimental: la tecnología, además de ayudar a cumplir con las normas, también marca diferencias en cómo se detectan riesgos, se capacita al personal y se toman decisiones estratégicas dentro de las organizaciones.

El informe muestra que el 46% de las compañías ya aplica IA para análisis de datos y predicciones, mientras que el 36% la usa para detectar fraudes. Esta combinación de herramientas modifica los métodos con los que se controlan las operaciones internas, se cruzan grandes volúmenes de información y se genera evidencia que respalda decisiones dentro del marco regulatorio.

A pesar del entusiasmo, el 63% de los encuestados señaló que la fragmentación y la complejidad de los datos sigue siendo una de las trabas más grandes para lograr un compliance efectivo. Le siguen la falta de datos confiables (56%) y su disponibilidad en tiempo real (47%).

La tecnología ya pisa fuerte en el compliance

La encuesta deja claro que el área de cumplimiento ya no es solo un mecanismo para evitar sanciones. Ahora se convierte en un aliado del crecimiento. Según el estudio, el 77% de las empresas sufrió impactos negativos en áreas clave para su desarrollo, lo que llevó a muchas de ellas a acelerar procesos de transformación para reducir riesgos y generar valor comercial.

El papel del oficial de cumplimiento es más crítico que nunca. Hoy está en el centro de la reinvención del modelo de gestión de riesgos, y es un aliado clave para que las empresas puedan identificar, asumir y administrar riesgos de manera eficiente, protegiendo y generando valor al mismo tiempo”, explicó Diego Taich, socio del área de Consultoría de PwC Argentina.

Además, el 71% de los ejecutivos consultados prevé lanzar iniciativas de transformación digital en los próximos tres años. Todas ellas requerirán apoyo del área de compliance, que ya no puede estar desligada de los procesos centrales de la empresa. De hecho, el 41% afirmó que necesita asistencia para adaptarse a nuevos modelos de negocio.

La digitalización del compliance avanza con fuerza. Hoy, el 64% de las empresas reporta tener mayor visibilidad sobre los riesgos y las actividades de gestión. El 53% destacó que mejoró su capacidad para responder de forma anticipada ante posibles fallas o incumplimientos. Además, casi la mitad (49%) ya usa tecnología en al menos 11 tareas distintas dentro del área, entre ellas: capacitación (82%), evaluación de riesgos (76%) y monitoreo de transacciones (75%).

El cumplimiento regulatorio, presionado por estándares cada vez más exigentes

Las presiones regulatorias empujan esta transformación. El estudio muestra que la regulación impacta de forma transversal: desde productos y servicios, hasta impuestos, sustentabilidad, gobernanza, fuerza laboral, TI, salud, comercio y sanciones. Los estándares cambian rápido, y las empresas deben adaptarse con la misma velocidad para no quedar fuera del juego.

Diego Taich fue claro sobre esto: “Navegar por el nuevo panorama de cumplimiento significa entender qué tan rápido puede moverse tu empresa, incluyendo el identificar y comprender los riesgos emergentes, acceder a datos confiables en el momento adecuado, adoptar nuevos procesos y tecnología y capacitar a los responsables de cumplimiento. Moverse con demasiada lentitud puede implicar el riesgo de quedar atrás, pero ir muy rápido sin las capacidades adecuadas puede hacernos perder oportunidades y tropezar con nuevos requisitos”.

La fotografía que deja la encuesta es la de una gestión de cumplimiento mucho más integrada, tecnológica y estratégica, donde la IA empieza a consolidarse como la herramienta clave para anticipar riesgos, estandarizar procesos y generar datos consistentes. Pero también aparece una advertencia: la tecnología, sin una base sólida de datos y personal capacitado, puede generar errores costosos.

El desafío, entonces, pasa por acompañar esa transformación digital con decisiones bien pensadas. No alcanza con incorporar IA. Hace falta integrarla con sentido, con planificación y con una comprensión real de los riesgos. Porque la transparencia, en tiempos de automatización, ya no se improvisa. Se diseña.

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