Como ya han observado, la pandemia hizo estragos en las economías de casi todos los países y perjudicó a decenas de industrias que quedaron paralizadas. Por suerte, varios analistas sostienen que “lo peor ya pasó” y que estamos transitando una lenta mejoría, aunque no para todas las empresas será de la misma manera.
El experto Alejandro Pérez De Rosso asegura que los cuellos de botella en el suministro de semiconductores en los sectores automotriz e industrial comenzarán a mejorar a finales de 2022 y principios de 2023.
“Esto se debe a que los semiconductores más utilizados en estos productos verán aumentar significativamente la capacidad de fabricación en los próximos 9 a 12 meses, gracias a la entrada en línea de nuevas fábricas”, describe.
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Servidores informáticos y consolas de videojuegos
No obstante, proyecta que hasta 2024 varios sectores se verán obstaculizados por esta escasez, sobre todo por el aumento en la demanda que registraron en pandemia. Y menciona aquí a los servidores informáticos y las consolas de videojuegos. En una columna de opinión publicada en Forbes Argentina el especialista destacó que estos proveedores carecen de los recursos financieros para construir sus bases lo suficientemente rápido para satisfacer la creciente demanda.
“Los chips de vanguardia que dependen de esas bases constituyen casi el 50% de los semiconductores que se utilizan en los servidores y más de la mitad de los que se utilizan en las consolas de juegos”, profundiza De Rosso.
Planificar una estrategia como solución
Muchas organizaciones comenzaron a construir una estrategia de suministro de semiconductores flexible y con visión de futuro, entendiendo que este problema seguirá persistiendo en lo inmediato. Especialmente aquellas consideradas como las empresas líderes, dice De Rosso, que “están adoptando un enfoque doble que realiza inversiones audaces para hacer frente a las interrupciones de suministro a corto plazo y prepararse para la resiliencia a largo plazo”.
Rediseñar productos
En cuanto a lo que es inmediato, el analista entiende que para minimizar o eliminar su exposición a la escasez de componentes, las organizaciones tienen que poner foco en rediseñar los productos existentes. Particularmente para el caso de los chips, dice que esto puede implicar la eliminación de funciones no esenciales respaldadas por productos no disponibles, la minimización de la personalización o la calificación de piezas.
“Otra estrategia es dar forma a la demanda para acomodar su oferta, orientando a los clientes hacia los productos disponibles, ya sea subiendo el precio de los productos afectados por la escasez o promocionándolos en mayor medida”, cierra.
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