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Energía nuclear en la Argentina: ¿puede convertirse en un referente global?



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En conversación con Julián Gadano, exsubsecretario de Energía Nuclear, se destacó que Argentina, con sus recursos humanos altamente capacitados, tiene el potencial para convertirse en un referente de la región. Sin embargo, para lograrlo, será clave superar desafíos como la inseguridad jurídica y los costos financieros.

Publicado el 16 de ene de 2025



Julián Gadano, docente de la Maestría en Desarrollo Energético Sustentable del ITBA, habla sobre la energía nuclear en la Argentina

“En el país tenemos recursos humanos de clase mundial en el sector nuclear: ingenieros y técnicos de un nivel que ningún país en América Latina posee”. Con esta afirmación, Julián Gadano, docente de la Maestría en Desarrollo Energético Sustentable del ITBA y exsubsecretario de Energía Nuclear, pone en perspectiva el papel que puede jugar la energía nuclear en la Argentina

En un momento donde la transición energética y la descarbonización lideran la agenda global, la combinación de capacidades técnicas y oportunidades de mercado sitúa al país en una posición privilegiada para capitalizar este recurso.

Más allá de la generación eléctrica, Gadano destaca que la energía nuclear abarca un amplio espectro de aplicaciones, que incluyen la incorporación de energía al sistema interconectado nacional y el desarrollo de tecnología exportable, como los reactores modulares pequeños (SMR).

Este último punto, según el experto, podría transformar al país en un referente tecnológico y exportador en el largo plazo, siempre que se superen desafíos locales como la inseguridad jurídica y los altos costos financieros.

En esta entrevista exclusiva para Innovación Digital 360, Gadano analiza las potencialidades y los beneficios de apostar por proyectos nucleares, al mismo tiempo que examina los desafíos culturales y técnicos que enfrenta esta industria. Su perspectiva combina visión y experiencia técnica para comprender el presente y proyectar el futuro de la energía nuclear en Argentina.

¿Qué opinión le merece el plan nuclear argentino, cómo nos posiciona en el mundo?

No sé aun si lo podemos definir como un plan, pero como idea me parece muy razonable, ya que combina una demanda global de energía con la capacidad que tiene nuestro país para ofrecer energía nuclear. Es importante tener en cuenta que en Argentina tenemos recursos humanos de clase mundial en el sector nuclear: ingenieros y técnicos de un nivel que ningún país en América Latina posee.

Si logramos desarrollar reactores modulares pequeños (SMR) y una red de proveedores locales, podríamos pensar en exportar tecnología nuclear en el futuro. Sin embargo, esto no es algo que sucederá a corto plazo; estamos hablando de un proceso que podría llevar una década y media.

¿Para qué se utiliza hoy la energía nuclear en la Argentina?

La tecnología nuclear tiene muchos usos, que van más allá de la generación de energía eléctrica. En lo que respecta estrictamente a energía, la generación nucleoeléctrica representa entre el 6 y el 8% de la generación eléctrica de Argentina. Se utiliza para cualquier necesidad eléctrica, ya que las centrales nucleares generan energía que se incorpora al SADI, a la red nacional.

Es decir, cuando alguien enciende la luz, toma energía que puede provenir de una central nuclear, entre otras fuentes. Actualmente, contamos con tres centrales nucleares en el país: Atucha I, Atucha II y Embalse. Atucha I no está operativa porque finalizó su primer ciclo de vida y requiere un proceso de extensión de vida (como hicimos con Embalse cuando fui Subsecretario de Energía Nuclear, entre 2015 y 2019).

¿Cuáles son las oportunidades reales para desarrollar la industria de la energía nuclear en la Argentina?

Argentina tiene una ventaja competitiva importante en recursos humanos y -muy importante- una agencia regulatoria estatal sólida, solvente y respetada a nivel internacional. También contamos con una robusta cadena de suministros industriales, que frente a este nuevo escenario tiene la oportunidad de consolidarse. Una oportunidad concreta es el desarrollo de reactores modulares pequeños (SMR), que podrían fabricarse en el país y generar un ecosistema tecnológico y productivo. Esto, a largo plazo, nos permitiría posicionarnos como exportadores de tecnología nuclear. Claro que enfrentamos desafíos como la inseguridad jurídica y los costos financieros altos, pero si se establecen incentivos adecuados y un marco confiable, esta industria tiene un gran potencial.

¿Cuáles son los beneficios de desarrollar este tipo de proyectos? ¿Tiene alguna contra?

Los beneficios son claros: la energía nuclear es una fuente limpia, no emite gases de efecto invernadero y es extremadamente eficiente. Un pellet de uranio puede generar la misma energía que una tonelada de carbón, lo que habla de su enorme potencial en el contexto de la transición energética. Además, las nuevas tecnologías, como los reactores pequeños, son más seguras y manejables.

Por otro lado, existen prevenciones en la sociedad civil, asociadas en primer lugar a los residuos radioactivos, aunque debo decir que estos se gestionan de manera segura y nunca ha habido en el mundo un accidente grave asociado a residuos.

También hay una percepción pública que asocia la energía nuclear con accidentes históricos (Chernobyl, Fukushima…) o con su origen militar. Estos son desafíos más culturales que técnicos, y confío que va a pesar más en la sociedad, la necesidad de descarbonizar, por sobre estos temores. Solo el tiempo lo dirá.

Sostenibilidad ambiental y energía nuclear: ¿por qué se dice que es un tipo de energía más limpia?

La energía nuclear es limpia porque no emite gases de efecto invernadero durante su operación. Es una opción ideal en un mundo que busca reducir su huella de carbono. Además, es una tecnología muy eficiente: con un pequeño pellet de uranio se puede generar tanta energía como con una tonelada de carbón.

Dicho esto, algunos procesos, como la minería del uranio o la construcción de las centrales, tienen impacto ambiental, pero en general, su huella es menor en comparación con otras fuentes de energía tradicionales. Las nuevas tecnologías, como los reactores modulares pequeños, también ayudan a hacerla más segura y sostenible.

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