“No existe nada que regule la innovación. ISO 56001 es más bien un marco para apoyar el desarrollo de capacidades y la profesionalización de la gestión de la innovación dentro de todas las organizaciones a nivel global”, le dijo Johan Claire a Forbes. Además, añadió que considera que las empresas deberían tomarse en serio estas mejoras para afrontar los numerosos desafíos que plantea la era digital.
Claire cree que el principal desafío es “evitar los malentendidos y no creer que ISO 56001 va a estandarizar la innovación”. También explicó que lo que en verdad aporta este sistema es la capacidad de gestionar estos cambios al mismo tiempo que proporciona un marco de organización para poder realizar las tareas necesarias.
La mayoría de las empresas de América Latina están acostumbradas a los estándares de los sistemas de gestión ISO 9001 e ISO 14001 y, al incorporar ISO 56001, podrán aumentar la capacidad de realizar evaluaciones comparativas.
Colaboración y reducción de silos en grandes corporativos
“En un gran grupo corporativo, los estándares permiten a la organización colaborar entre varios equipos independientes de innovación e I+D; colaboraciones que de otro modo serían difíciles debido a los diferentes enfoques, terminologías, gobiernos y procesos”, afirmó Rönnholm. Además, agregó: “En este sentido, una norma de innovación disolverá y reducirá la mentalidad y las actividades de silo”.
“Se logra también mayor velocidad en I+D a través de procesos estandarizados para ideación, creación de prototipos, y prueba y verificación”, señaló. También comentó que estas ideas separadas pueden ser agrupadas por diferentes equipos que a su vez pertenezcan a diferentes unidades organizativas, lo que dará como resultado una mayor transparencia y una cultura de innovación entre pares.
La visión estratégica de Alan Zettelmann
Alan Zettelmann, CEO de Innoconsult y autor del libro Commanding Innovation, proporcionó una hoja de ruta visionaria sobre cómo incorporar estos cambios mediante la gestión avanzada de la innovación y la inteligencia artificial.
“La gestión de la innovación ya no es un esfuerzo ad-hoc, sino un imperativo estratégico”, remarcó Zettelmann. “El ISO 56001 ofrece un marco integral para gestionar, medir y mejorar los procesos de innovación con precisión, haciéndolo tan integral para las operaciones empresariales como el ISO 9001 (gestión de calidad) y el ISO 14001 (gestión ambiental)”, destacó.
Por otro lado, el director ejecutivo de Innoconsult hizo especial énfasis en que la innovación debe integrarse en la estrategia corporativa, y no solo ser un requisito de cumplimiento con ISO 56001 y 56004. También señaló que las empresas que llevan a cabo una estrategia cohesiva pueden crecer hasta un 10% más rápido y obtener un 22% de mejores resultados en comparación con sus competidores.
La importancia de la formación para aprovechar ISO 56001
“Las empresas ahora tienen la oportunidad de ponerse al volante de un Fórmula 1, pero sus empleados aún necesitan graduarse de la escuela de karting”, bromeó Zettelmann. Además, remarcó que es de vital importancia hacer hincapié en dar una formación adecuada a los empleados para no correr riesgos innecesarios en un futuro.
ISO 56001 se posiciona como una gran herramienta para la gestión de la innovación que le permitirá a las empresas atravesar los diversos desafíos que presenta la era digital. Aquellas compañías que adopten este sistema podrán gestionar de forma sistemática y así también mejorar la toma de decisiones en comparación con la competencia. “El futuro de la innovación es estructurado, medible y escalable y el ISO 56001 es la clave para desbloquearlo”, remató Zettelmann.
Liderazgo innovador como clave para el éxito
Que los líderes fomenten en sus equipos una mentalidad innovadora es fundamental para el correcto uso del ISO 56001 debido a que ellos son los encargados de inspirar, capacitar y dar el espacio para que sus trabajadores comiencen a pensar de forma diferente.
“Esto implica que puedan generar espacio donde equivocarse no sea visto como un fracaso, sino como parte del proceso y una oportunidad para aprender”, dijo el CEO de Innoconsult. “No solo se trata de tener ´ideas locas´, sino de dar espacio para que esas ideas se desarrollen sin miedo a equivocarse”, enfatizó.
“Es ingenuo creer que los ejecutivos de las empresas de la generación actual son los mejores para decidir sobre las innovaciones empresariales de la generación futura”, remarcó Rönnholm. Además, enfatizó: “Si realmente desean fomentar una cultura de innovación, deben separar a los líderes que deciden sobre su crecimiento futuro de los que generan el crecimiento actual. Esa decisión en sí misma fomentará este tipo de educación”.