En una reciente entrevista para InnovaciónDigital360, Joaquín Basanta, presidente de Agro Sustentable, compartió su visión sobre el actual estado de la Economía del Conocimiento en Argentina.
Basanta destacó el gran potencial que representa este sector para el país, evidenciado en los avances tecnológicos y los polos de conocimiento en diversas regiones. Además, subrayó los desafíos cruciales que enfrenta el sector, como por ejemplo la necesidad de fomentar la formación y capacitación de talento joven, impulsar la inversión en infraestructura digital y asegurar la estabilidad macroeconómica para apoyar el surgimiento de nuevos emprendimientos.
En cuanto al rol de la educación, el ejecutivo enfatizó su importancia no solo en el ámbito de la informática, sino en la integración de la digitalización en diversas industrias. La formación profesional se presenta como un pilar fundamental para el desarrollo de la Economía del Conocimiento, abriendo un abanico de posibilidades para sectores antes inimaginables. Argentina, destacada por su alto nivel de dominio del inglés en la región, se posiciona favorablemente para aprovechar estas oportunidades educativas y convertirlas en un motor de crecimiento en el sector.
Finalmente, el presidente de Agro Sustentable identificó áreas de gran potencial para la Economía del Conocimiento en Argentina, como la agricultura, la energía, la medicina y las finanzas. Basanta ilustró cómo la adopción de nuevas tecnologías, como el uso de drones en la agricultura, no solo mejora la productividad y eficiencia, sino que también contribuye a la sustentabilidad.
La entrevista completa:
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¿Cuál es tu opinión sobre el estado actual de la Economía del Conocimiento en Argentina y cuáles creés que son los principales desafíos que enfrenta en la actualidad?
El estado actual del sector representa un potencial enorme para el país por su avance tecnológico, algo que se evidencia en los polos industriales de conocimiento distribuidos en el interior, como en el caso de nuestra planta que está emplazada en Misiones.
Los principales desafíos se encuentran en la formación y capacitación de talento, donde deben brindarse todas las oportunidades posibles a los jóvenes para desarrollarse en el sector; la inversión en infraestructura digital, donde se incorporen cada vez más startups; y la estabilidad de la macroeconomía que ayudaría mucho a la proyección de nuevos emprendimientos.
¿Cómo percibís el papel de la educación y la formación profesional en el impulso de la Economía del Conocimiento en el país?
Es un papel clave. Pero no pasa solo por estudiar informática. La digitalización está ocurriendo en todas las ramas de la industria, por lo que la formación abre un abanico de posibilidades a sectores impensados hace unos años. Por eso, la capacitación debe estar orientada a la aplicación de las nuevas tecnologías en diferentes sectores, lo que se traduce en emprendimientos innovadores a nivel mundial.
Ya se observan algunas ventajas claras en Argentina, como es el caso del alto nivel de manejo del inglés que nos ubica en el primer puesto en Latinoamérica según el EF English Proficiency Index, algo clave para el desarrollo de la economía del conocimiento. Cuantos más talentos logre sembrar el país a través de la educación, más potencial tendremos en el rubro.
¿Cuáles considerás que son las áreas de mayor potencial para el desarrollo de la Economía del Conocimiento en Argentina y por qué?
La variedad es enorme. Pero en los últimos años vimos con nuestros propios ojos cómo este servicio permite mejorar la producción y la efectividad en el agro. Por eso sostengo que es fundamental la articulación de las nuevas tecnologías con los sectores productivos. Invertir en ese sentido nos va a dar una ventaja competitiva a nivel mundial. Pero no sólo es el sector agropecuario, también es en la energía, en la medicina, o en las finanzas donde más se podría sacar provecho de la economía del conocimiento.
¿Cómo impacta la adopción de las nuevas tecnologías en el sector agrícola y agroindustrial en términos de Economía del Conocimiento?
Es parte de la innovación que tenemos como estandarte de nuestra empresa. Un ejemplo es el aumento de la productividad que se obtiene con la utilización de drones en los ámbitos rurales. Esto garantiza mayor rendimiento y ahorro de costos y tiempo en el proceso productivo. Además, la innovación puede aplicarse a la sustentabilidad. En el caso del agro, la fabricación y comercialización de bioinsumos que llevamos adelante surge gracias a las nuevas tecnologías y a la economía del conocimiento.
¿Cuáles son las barreras o limitaciones que enfrenta la innovación en Argentina, especialmente en el ámbito de la Economía del Conocimiento?
Siempre los escenarios macroeconómicos que dificultan el acceso al crédito o la previsibilidad de inversión son dificultosos para las empresas. Esa es una limitación, pero no tiene por qué ser un impedimento para su desarrollo. De hecho, no lo fue hasta el momento. Argentina tiene una capacidad de crecimiento muy amplia en el ámbito de la Economía del Conocimiento. Imaginate que frente a estas limitaciones somos muchos los emprendedores que nos las ingeniamos para crecer, innovar y dar trabajo.
¿Cómo evalúas la colaboración entre el sector privado, el gobierno y las instituciones académicas en la promoción y desarrollo de la Economía del Conocimiento?
La colaboración público-privada es necesaria para que la Economía del Conocimiento se desarrolle. Cuando las empresas se vinculan con universidades nacionales y otras unidades científicas, como puede ser el caso de CONICET, se observa el crecimiento de una comunidad tecnológica que la Economía del Conocimiento requiere en sus proyectos.
¿Cuáles son las oportunidades y desafíos específicos que observás en la integración de la Economía del Conocimiento en la cadena productiva del agro?
Las oportunidades son inmensas. Por ejemplo, a finales del año pasado nuestros bioinsumos lograron cosechar tabaco burley en octubre en vez de hacerlo en diciembre, permitiendo esquivar los factores ambientales que condicionan a la producción agropecuaria. Evidentemente el campo debe abordar este camino, pero no se puede hacer sin una visión a largo plazo que estimule al crecimiento de la Economía del Conocimiento.
En tu experiencia, ¿cómo podría el gobierno fomentar y apoyar de manera efectiva la Economía del Conocimiento en Argentina?
Hay muchas maneras de fomentar un sector tan productivo como la Economía del Conocimiento. Actualmente ya hay una ley que otorga algunos beneficios impositivos a las nuevas startups. Eso es más que conveniente, ya que incentiva la inversión. Después, un contexto inflacionario siempre representa motivos de complicaciones, por lo que los planes de financiación para la mejora de infraestructura también podría favorecer el sector.
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