El cambio de década 2010-2020 fue sin dudas dramático, ya que la irrupción de una enfermedad nueva trajo aparejada la adopción forzada de un nuevo modo de vida. En este sentido, se presentó en 2021 el estudio “Readaptarse para crecer: el impacto en las pymes peruanas a un año de la pandemia”. Aquí, se ahonda en las consecuencias de la pandemia, cómo se han modificado las metas empresariales, los negocios que llegaron aparejados a la digitalización y las visiones sobre la revitalización de la economía. Y con respecto a este último punto, el 90% de las empresas peruanas cree que la adopción de tecnología es vital para que vuelvan a funcionar como antes de 2020 (o incluso mejor).
El cambio hacia lo digital precisa de que las empresas estudien con antelación cuánta tecnología tienen disponible llegado cierto punto y cómo pueden adoptar las nuevas tendencias. Esta modificación de paradigma en la empresa (que en lo posible debe llegar a todos los sectores de la planta) va desde la cadena de suministro y el flujo de trabajo, las capacidades de sus trabajadores, la forma de debatir por parte de las cúpulas dirigenciales, la manera de comunicarse con su público y su cotización para los interesados.
Lourdes Bielich, la gerente comercial de pymes de una importante marca, dice que casi todas las empresas en desarrollo ven la digitalización como algo imprescindible, y que prefieren seguir captando e implementando más elementos y técnicas nuevos. Esto significa un punto de inflexión que marca que la tecnología ya no es una alternativa sino una obligación.
En épocas donde el trabajo a distancia y la virtualidad son moneda corriente, una empresa requiere para sobrevivir de abrazar la transformación tecnológica mediante técnicas como las firmas virtuales, las nubes de trabajo y los procesos automatizados. La digitalización laboral ha brindado respuesta a las urgencias dadas por la pandemia, cuando se empezó a requerir de teletrabajo, nuevas operaciones y una forma diferente de vincularse con la clientela.
Los resultados
En el estudio mencionado al principio, se extrae que durante la pandemia casi la mitad de las empresas adoptó el trabajo remoto (en un primer momento, más que nada las empresas grandes -con más posibilidades de hacerlo-). También hubo una reconfiguración de la estrategia y la meta del negocio, y casi un tercio acogió nuevas tecnologías (como era de esperarse, mientras más grande sea la firma, más rápido las adoptará). Más que nada, se modificaron las formas de usar los nuevos dispositivos, la cultura corporativa y la instrucción de los empleados.
A su vez, la mitad de las pymes cree que la pandemia hizo crecer la utilización de nuevas tecnologías; y casi el mismo porcentaje, que la urgencia las propulsó a instruirse en este aspecto. Además, otra parte considerable piensa que todo el proceso se dinamizó como parte del mismo fenómeno. Concretamente, el 90% de las empresas encuestadas opina que acoger tecnologías digitales es el aspecto más vital para que se reanime la actividad económica. Casi el mismo porcentaje lo cree de la capacitación de nuevas habilidades y la automatización.
En conclusión, es notorio cómo las empresas se abocaron a confiar en la digitalización como clave para ser redituables. Todo esto en el marco de una pandemia que nadie esperaba, pero a la que todos se vieron forzados a adaptarse.
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