Hoy las empresas argentinas están incorporando desarrollos tecnológicos cada vez más potentes, tanto para la logística y los procesos internos, como en la comunicación y las estrategias de e-commerce.
La incorporación de los negocios argentinos en los entornos digitales es cada vez más relevante. El informe del Observatorio de Productividad y Competitividad de la Universidad CAECE (septiembre de 2022) muestra una evolución creciente del índice de intensidad digital, una variable que mide cómo se integran las herramientas y estrategias digitales en las formas de organización y producción empresarial. Esta presencia de lo digital es más relevante cuanto más grandes son esas estructuras de negocio.
Hay varias razones que impulsan a las empresas a invertir esfuerzos y capital en la transformación tecnológica y digital. En primer lugar, hay una necesidad de ganar en agilidad, en momentos de extremo dinamismo de los hábitos de consumo y alteraciones de la cadena de suministros. Incorporar herramientas que faciliten la ejecución de tareas, que permitan transmitir información en tiempo real a todos los puntos de sus negocios y que vehiculicen una experiencia de calidad tanto para sus clientes internos -sus trabajadores- como para el cliente final.
En la era digital, menos es más. Las herramientas de desarrollo tecnológico, para cumplir su cometido, deben tener diseños simples -fáciles de utilizar e implementar- pero con estructuras robustas que permitan sostener la totalidad de los procesos de gestión que la unidad de negocios requiera. Por lo que no hay respuestas universales, sino respuestas adaptadas a la necesidad de cada caso.
Un segundo aspecto que adquiere cada vez más relevancia es el acceso a la información con rapidez y bajo costo. La creciente interacción con clientes, proveedores y socios empresariales en el ecosistema digital genera amplios volúmenes de información que son esenciales para la toma de decisiones inteligentes.
Hoy las empresas con las que trabajamos están pudiendo ajustar sus estrategias de marketing, de comunicación teniendo una mirada cada vez más precisa de quiénes son y qué necesitan sus clientes. Y esto obviamente les permite mejorar en sus KPI de negocio. Si en la era industrial el centro era el producto, en la era digital el centro está en los clientes. Así, entender qué necesitan, qué los moviliza, qué influye en sus opiniones sobre las marcas es la brújula que orienta los proyectos.
Los mercados digitales y la fuerte presencia que adquirieron en los hábitos de consumo en los últimos años es el tercer elemento que invita a la transformación digital. No podemos afirmar que nuestros consumidores hayan abandonado los entornos físicos. Pero sí sabemos que logran articular búsquedas de información sobre productos, comparaciones de precios, valoraciones de otros usuarios a través de plataformas digitales; con la interacción física, el boca a boca con un vendedor, que termina siendo una pieza clave para el embudo de venta.
Hay una mixtura entre las estrategias offline y las online, que requiere de estrategias integrales, que miren todos los escenarios y busquen puntos de confluencia.
En definitiva, el buen desarrollo digital permite consolidar la fidelidad de los clientes y aporta valor a los mercados, con propuestas que son cada vez más transparentes y precisas, respondiendo a las demandas de mercados cada vez más exigentes.
Artículo publicado originalmente en 30 Jun 2023