La Skill Gap pone en jaque el crecimiento global, no solo en términos económicos, sino también sociales y personales. La falta de competencias y el desajuste entre lo que el mercado laboral demanda y lo que puede ofrecer son problemas estructurales del sistema laboral. Sin embargo, estos se hicieron más evidentes con el avance de la digitalización, que requiere habilidades especializadas en constante evolución para no quedar desactualizadas ante los avances tecnológicos.
¿Qué es la Skill Gap?
La Skill Gap se refiere a la ausencia de personas capacitadas con las competencias necesarias para desempeñar un trabajo específico. Igual de preocupante es el desajuste de habilidades: los trabajadores están disponibles, pero sus competencias quedan obsoletas frente a la evolución tecnológica y los métodos de trabajo.
Además, la oferta educativa no siempre responde a las demandas del mercado. Por ejemplo, muchas empresas buscan científicos de datos, desarrolladores de aplicaciones o expertos en estadística. Sin embargo, los graduados suelen optar por carreras alejadas de las disciplinas técnico-científicas, conocidas como STEM.
El costo de la falta de competencias
La Skill Gap tiene un impacto económico considerable, que la pandemia de COVID-19 exacerbó. Según un estudio de Boston Consulting Group (BCG), más de 1.300 millones de personas en todo el mundo trabajan en empleos para los que están infra o sobrecalificadas. Además, el Foro Económico Mundial (WEF) estima que seis de cada diez trabajadores deberán capacitarse nuevamente antes de 2027.
El desajuste de habilidades afecta directamente la innovación, la productividad y el desarrollo sostenible. La pandemia aceleró la digitalización y la automatización, lo que aumentó la presión sobre los sistemas de formación para adaptarse rápidamente.
Los sectores más afectados
Según el estudio de ManpowerGroup sobre la escasez mundial de talentos en 2024, los sectores con mayores dificultades para encontrar personal calificado son:
- Ciencias de la salud y de la vida: 77%
- Bienes y servicios de consumo: 76%
- Tecnología de la información: 76%
- Logística: 76%
- Industria y materiales: 75%
- Servicios de comunicación: 73%
- Finanzas e inmuebles: 72%
- Energía: 71%
Estrategias para cerrar la Skill Gap
Es fundamental acelerar el entrenamiento en habilidades avanzadas de digitalización en todos los niveles. Esto incluye desde la educación universitaria especializada en TIC, la investigación, el desarrollo y la innovación, hasta la incorporación de la cultura digital en los cursos académicos. También abarca iniciativas para la mejora y recalificación de trabajadores en profesiones tradicionales o en vías de desaparición.
En los Estados Unidos, un estudio de la Society for Human Resource Management (SHRM) identifica estrategias para reducir la Skill Gap. Entre ellas destaca la búsqueda de talento en áreas frecuentemente inexploradas: trabajadores mayores, personas con discapacidades y talento extranjero.
Además, es clave cambiar la mentalidad y las prácticas de los departamentos de Recursos Humanos (RRHH). Los currículos deben analizarse con un enfoque en las habilidades específicas y las competencias sociales. Las entrevistas y presentaciones por video son herramientas útiles para conocer mejor a los candidatos. El concepto de diversidad necesita ampliarse: no solo hay desigualdad de género o etnia, sino también socioeconómica, entre otras. Por eso, las actividades de formación no solo deben estar dirigidas al personal operativo, sino también a los reclutadores.
Siete pilares para mitigar la Skill Gap
De acuerdo con Boston Consulting Group (BCG), las políticas empresariales y gubernamentales deben apoyarse en siete pilares:
- Garantizar habilidades básicas.
- Fomentar la empleabilidad a lo largo de toda la vida.
- Promover la autorrealización de los trabajadores.
- Realizar análisis centrados en las necesidades y talentos de la fuerza laboral.
- Facilitar el acceso a las ofertas laborales.
- Favorecer la movilidad de habilidades, incluso mediante el trabajo remoto.
- Promover la inclusión.
Estas bases no solo actúan como parámetros de evaluación, sino también como áreas prioritarias de intervención.
¿Quién debe liderar el cambio?
¿La responsabilidad recae en las empresas o en los gobiernos? Según la Escuela de Negocios de Harvard, las empresas líderes deben adoptar un rol protagónico al promover un sistema de desarrollo de competencias que combine rigor y disciplina. Sin embargo, las alianzas entre el sector público y privado son esenciales para construir un ecosistema de talentos sólido. Gobiernos, empresas y organismos educativos deben trabajar juntos para cerrar eficazmente la brecha.
Habilidades técnicas y cognitivas
No son solo las habilidades técnicas las que importan. Cada vez tienen más peso las competencias cognitivas, como la resolución de problemas, el pensamiento creativo y la escucha activa. En un entorno laboral en constante cambio, las empresas deben ser ágiles y estar preparadas para adaptarse rápidamente.
La inteligencia artificial como motor de transformación
Entre las grandes tendencias que transforman el mundo empresarial, la adopción de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) lidera el camino. Según el Informe sobre el Futuro del Empleo 2023 del Foro Económico Mundial (WEF), más del 86% de las organizaciones esperan cambios impulsados por la IA.
Una encuesta de IBM revela que, en los próximos tres años, el 40% de la fuerza laboral necesitará volver a capacitarse. Sin embargo, el 87% de los gerentes considera que la IA no reemplazará trabajos, sino que los mejorará. Este optimismo es particularmente fuerte en áreas como marketing (73%), servicio al cliente (77%), gestión de suministros (97%), riesgo y cumplimiento (93%) y finanzas (93%).
Para lograr esta transición, los líderes deben asumir el reciclaje profesional como una iniciativa integral de gestión del cambio. Esto no solo prepara a los empleados, sino que también los equipa con herramientas para prosperar en un mercado laboral dinámico. Plataformas de aprendizaje en línea, que se espera crezcan un 19% en los próximos cuatro años, serán clave en este proceso.