¿Alguna vez se han preguntado qué tanto puede perjudicar a una empresa pasar varias horas sin conexión? Un estudio reciente de la consultora Gartner arrojó que el costo promedio del tiempo de inactividad de IT para una empresa media es de aproximadamente US$ 5.600 por minuto.
A partir de la alta dependencia a la conectividad de Internet que tienen las organizaciones, las pérdidas que pueden llegar a padecer ante una interrupción del servicio crecen más.
Y la cosa se pone peor cuando hablamos de las grandes empresas, donde las pérdidas podrían ser peores: según el informe, dependiendo del tiempo de inactividad, podría costarle a una compañía de este tipo hasta millones de dólares.
Casos conocidos
Sin ir más lejos, está el caso de Apple con iTunes, que sufrió en marzo de 2015 12 horas de inactividad, que le costó a la compañía fundada en California 25 millones de dólares menos en ingresos. También podemos mencionar el caso de Facebook (hoy renombrada como Meta), donde una interrupción de 14 horas le costó a la empresa una pérdida de US$ 90 millones en ingresos.
Sin embargo, ya no es algo que afecta solo a empresas vinculadas a la tecnología o telecomunicaciones. En la actualidad, son varios los sectores que dependen casi a un cien por ciento del Internet para poder trabajar o brindar sus servicios. Aquí hablamos de la banca, de la administración pública, la salud, educación, entre otros.
La voz de los especialistas
El especialista en el tema César López Salazar, sostiene en conversaciones con medios que cuando hay una interrupción de servicio, “dependiendo del sector donde se produzca, el impacto es perjudicial no solo en el aspecto económico, por las paradas de producción, sino también afectan a nuestras actividades diarias, que ahora dependen mucho de la continuidad de internet”.
En esa misma línea, añadió que con la llegada de la tecnología 5G habrá millones de dispositivos interconectados y, por lo tanto, “las interrupciones de estos servicios serán más críticas y la afectación sería mayor”.
Por eso las empresas de telecomunicaciones e Internet están ajustando sus procesos para mejorar la calidad y el alcance de sus servicios, de modo tal que sus clientes sufran cada vez menos estos disgustos de ver como su Internet se interrumpe o funciona a una muy baja latencia.