La sigla UPS proviene de su nombre en inglés, Uninterruptable Power Supply, y se trata de un dispositivo que permite tener flujo de energía eléctrica mediante baterías recargables cuando el suministro eléctrico principal falla.
Como remarcan los expertos, su implementación permite asegurarle a una empresa o a una persona que esté utilizando un componente eléctrico como una computadora (para dar un ejemplo), que en caso de que exista algún problema con el suministro de energía pueda seguir trabajando sin problemas.
Como también marcamos en notas anteriores, la gran ventaja o virtud de un UPS es que su respuesta ante el corte es realmente inmediata, lo que evita que en ningún momento haya un intervalo en el suministro. Esto es una clara diferencia con respecto a otros generadores u otros suministros de respaldo, que en algunos casos pueden demorarse algunos segundos en accionar.
UPS monofásico o trifásico
Los especialistas latinoamericanos consultados por InnovaciónDigital 360 sostienen que la primera opción, el UPS monofásico, habitualmente es utilizada en aplicaciones domésticas y comerciales, para cubrir cuestiones básicas como los aparatos eléctricos pequeños o la iluminación. Por eso, sostienen que es muy común verlos en edificios de oficinas o en las escuelas, por ejemplo.
Las capacidades de UPS monofásicas van desde 1KVA hasta los 15KVA, mientras que en sistemas trifásicos desde 10KVA hasta 300KVA
Por otro lado, señalan que, en el caso de las grandes empresas, como instalaciones industriales y comerciales de gran relevancia, que suelen trabajar a diario con equipos de un alto consumo energético, es probable que necesiten apoyarse en sistemas UPS trifásicos que ofrezcan más potencia y eficiencia. También marcan que es muy normal verlas en centros de datos.
“La capacidad de entregar cantidades cada vez mayores de energía es especialmente importante a medida que los centros de datos y las salas de servidores continúan experimentando densidades más altas. Los sistemas informáticos más potentes se están empaquetando en los mismos espacios que alguna vez albergaron servidores que consumían solo una fracción de la energía eléctrica que demandan las redes y las computadoras actuales”, describen.
Además, dicen que, hasta no hace mucho tiempo, un solo rack de TI de 10 servidores consumiría un total de cinco kilovatios (kW) de energía. Hoy, añaden que ese mismo rack puede albergar docenas de servidores que, en conjunto, consumen 20 o 30 kW. “En ese tipo de niveles, es natural que quiera dar prioridad a la eficiencia, ya que incluso una pequeña mejora porcentual en el consumo de energía significará un ahorro significativo en dólares con el tiempo”, cierran.