El camino hacia la realización de las Ciudades Inteligentes puede verse como un verdadero laboratorio de innovación en el que se fusionan cuestiones relacionadas con la calidad de los servicios y de la vida con nuevas respuestas para la sostenibilidad medioambiental, la seguridad, la movilidad y la calidad del trabajo. Este camino ha pasado por una fase apasionante en la que las ciudades experimentaron y adoptaron nuevas formas de innovación en muchos campos diferentes. Numerosos experimentos, que no siempre condujeron a la “producción”, es decir, no siempre cambiaron la estructura de los servicios realmente prestados, pero que permitieron aumentar la conciencia general de las administraciones e instituciones públicas sobre las oportunidades que ofrece la tecnología digital. Uno de los principales resultados de esta fase fue la toma de conciencia de que la tecnología digital es realmente eficaz cuando responde a un diseño y a una visión de la ciudad y cuando su adopción permite superar los límites de las aplicaciones verticales, incluso con excelentes resultados, para la automatización o la eficacia de los pagos, la gestión de los flujos y del acceso en los servicios de movilidad urbana, los servicios de gestión del consumo energético o el replanteamiento de la recogida de residuos urbanos o muchas otras aplicaciones. Estas mismas experiencias y resultados, si se gestionan desde una perspectiva integrada, es decir, si se basan en la puesta en común de datos, infraestructuras y conocimientos, pueden mejorar la capacidad de decisión de las Administraciones Públicas a distintos niveles y aumentar la eficacia global de todos los proyectos y hacer que cada servicio sea más “preciso” y cercano a cada ciudadano. Además de ser menos gravosos en términos de costes y plazos de entrega.
Cómo llegar a la Plataforma Ciudad Inteligente
El camino de la ciudad inteligente llega al concepto de plataforma con un planteamiento que no es distinto al que ha marcado la evolución de muchas empresas: la superación de los antiguos silos de infraestructuras y aplicaciones. La base de la plataforma está en la capacidad de contar con una infraestructura o solución, y un punto de vista cultural y de lectura de los fenómenos, capaz de integrar diferentes factores de innovación y unir muchos servicios innovadores diferentes en la dirección de una visión común de la ciudad.
El concepto de Plataforma de Ciudades Inteligentes surge de la necesidad de poner en común los conocimientos y la experiencia acumulada y de establecer un plan de desarrollo común para todos los ámbitos de innovación que se han desarrollado o se están desarrollando. El núcleo de cada “tipología” de plataforma reside en la puesta en común de datos y el desarrollo de un léxico y un significado comunes que permitan que las soluciones verticales contribuyan de forma nativa e integrada a la creación de una nueva lectura de la ciudad. Por poner un ejemplo en esta perspectiva, las aplicaciones de eficiencia energética en los servicios escolares deben permitir también aportar datos valiosos para la seguridad o para conocer el comportamiento de los niños que acuden a esos entornos durante el año.
El papel de blockchain en las plataformas de ciudades inteligentes
¿Qué puede hacer blockchain para la renovación y mejora de las Administraciones Públicas? Mientras tanto, se puede decir que es gracias a la Blockchain que el tema de la Plataforma de Ciudades Inteligentes ha experimentado un salto cuántico. Blockchain4Innovation, gracias a la colaboración con ForumPA en diversos eventos y conferencias ha contribuido a contar proyectos, experiencias y perspectivas. Y de estas comparaciones se desprende que el área de desarrollo en la que blockchain puede dar un valor “especial” es la de Gobernanza. En el replanteamiento de las Smart Cities como plataforma, el blockchain no sólo es una de las infraestructuras tecnológicas, sino también una de las bases para escribir las reglas que acompañan, con estas innovaciones, el camino hacia nuevos hábitos y nuevos comportamientos.
Si partimos de la base de que los proyectos más avanzados de ciudades inteligentes se basan en el principio de la superación de la lógica del “silo” y en el hecho de que es necesaria una capacidad de integración, nos encontramos con dos valores a los que blockchain puede hacer una aportación muy valiosa: la transparencia y la confianza.
Transparencia y gestión de actores en una sola plataforma
Se parte de la base de que la Blockchain tiene el potencial y la capacidad de mejorar la transparencia de las instituciones locales y regionales, al tiempo que facilita la comunicación de datos sensibles sin comprometer los delicados pilares de la seguridad y la privacidad. Desde esta perspectiva, Blockchain podría ser el futuro de las ciudades y comunidades inteligentes.
Blockchain abre nuevas alternativas para la gestión de las interacciones entre individuos e instituciones y nuevas posibilidades para garantizar la eficiencia en la gestión de los asuntos públicos y una mejor calidad de vida. No basta con diseñar e implementar aplicaciones. Los administradores públicos de muchos países están empezando a reconocer el potencial de esta tecnología para resolver los problemas de las comunidades locales.
Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que en 2050 más de seis mil millones de personas vivirán en megaciudades. Las ciudades en general están creciendo y en el caso de las más grandes estamos hablando de una población que duplica la actual. Hay que abordar cuestiones nuevas y cada vez más importantes, como el consumo de energía, la gestión de recursos, la seguridad y la movilidad, que según algunos cálculos se triplicará en el mismo periodo. Otro tema muy importante se refiere a los cambios que afectan a la “logística” de las ciudades. El desarrollo del comercio en línea está “poniendo en marcha” una serie de actores que están llamados a prestar servicios de entrega y transporte que, a su vez, repercuten en la movilidad y la vida de la ciudad. Dos consecuencias que las ciudades deben ser capaces de gestionar, y que sólo pueden abordarse a nivel de plataforma, son las relacionadas con la gestión de la sostenibilidad de determinados servicios y la calidad del aire y del medio ambiente.
El papel de una “plataforma” es también permitir y gestionar las diferentes formas de experimentación, para garantizar la gobernanza en lo que respecta a la recogida de datos e información necesaria para comprender el verdadero precio que conlleva el desarrollo de determinadas vías de innovación.
Varias grandes ciudades se están replanteando sus procesos de innovación digital, pasando de una visión centrada en vías de innovación verticales a una organización basada en una plataforma común más horizontal para todos los sectores y ámbitos de la vida de la ciudad, y hay ejemplos importantes en países como Dubai, Singapur, Estonia, China, Alemania, Dinamarca y Noruega. En esta nueva lógica, la plataforma sobre la que “soportar” las aplicaciones es una infraestructura que aglutina desarrollos ligados a la difusión del IoT, el Big Data y la Inteligencia Artificial.
Qué se entiende por plataforma de ciudad inteligente
Pero demos un paso atrás y veamos cuáles son las características de las plataformas de ciudades inteligentes, observando inmediatamente que se trata de un camino que se ha puesto en marcha, con muchas experiencias muy interesantes y esclarecedoras, pero que aún se está construyendo y definiendo.
La Plataforma de Ciudades Inteligentes significa la posibilidad de unir y agregar todos los procesos de innovación y control de la innovación en una única plataforma integral que sea capaz de garantizar un conocimiento completo de todos los componentes y permitir su integración, interoperabilidad y comunicación constante de datos y conocimientos. La plataforma de la ciudad inteligente se basa en el uso de soluciones del Internet de las Cosas y abarca un rico conjunto de dominios y disciplinas de aplicación como Big Data y gestión de datos, análisis de datos, ciberseguridad, gestión de riesgos, supervisión remota de activos, gestión del rendimiento, inteligencia empresarial, gestión de identidades, gestión de redes, desarrollo de aplicaciones, gestión de dispositivos, habilitación de aplicaciones, elaboración de informes, visualización, etc.
Modelos y escenarios de la Plataforma Ciudad Inteligente
Integrar las nuevas tecnologías en el desarrollo de las ciudades inteligentes supone replantear la forma en que se prestan los distintos servicios y aplicar un profundo cambio en la relación entre la administración pública y los ciudadanos. Para entender cómo Blockchain permite nuevos modelos nos fijamos en el trabajo de Christian Nasulea, profesor de economía en la Facultad de Historia de la Universidad de Bucarest donde es miembro del Departamento de Relaciones Internacionales e Historia Universal, y nos fijamos en particular en su investigación titulada “Using Blockchain as a Platform for Smart Cities”, en la que examina las diferentes aplicaciones de Blockchain (contratos inteligentes, activos inteligentes, identidad digital y votación) y luego presenta una plataforma integrada de Blockchain en el modelo de Smart City.
Contrato inteligente en plataformas de ciudades inteligentes
Nuestra vida, como es sabido, se basa en gran medida en la gestión y el cumplimiento de los contratos. Directa o indirectamente, explícita o implícitamente, todos los días respetamos (o intentamos respetar) los contratos, especialmente en nuestras relaciones con la administración pública. Muchas de nuestras decisiones – desde la venta de una propiedad hasta el matrimonio – implican una forma contractual que consagra y registra el acuerdo entre dos o más partes implicadas. Garantizar el respeto de un contrato requiere el reconocimiento mutuo de los términos acordados e implica confianza, lo que tradicionalmente se consigue mediante el uso de testigos cofirmantes y la entrega de copias separadas a cada una de las partes implicadas en un proceso de firma y comprobación mutua.
Con blockchain, los términos de un contrato son a prueba de manipulaciones, ya que su contenido podría verificarse de forma privada a través de claves hash criptográficas almacenadas en un libro de contabilidad compartido no sólo por las partes firmantes, sino por todos los miembros de la comunidad que utilizan el sistema de contratos basado en la cadena de bloques. Sólo las partes implicadas en la firma del contrato conservarían el conocimiento real de los términos, pero la autenticidad de estos términos podría ser verificada por terceras partes utilizando el libro de contabilidad compartido mediante el hash de los términos de nuevo y comparando la clave criptográfica resultante con la del libro de contabilidad.
Blockchain no sólo permite ser más rápido, sino también más eficiente. Se pueden conseguir importantes reducciones de costes utilizando blockchain en combinación con otras tecnologías. Al estandarizar partes del contrato, es posible autentificar procesos que agilizan el modelo de contrato inteligente y, en algunos países, el uso de certificados basados en Blockchain permite reducir los costes asociados al uso de notarios. Blockchain es un enfoque innovador en muchas prácticas de certificación que también permite mejorar la velocidad, la comodidad y la fiabilidad del proceso de certificación.
Una plataforma para la gestión inteligente de activos
¿Cuánto les cuesta a las ciudades “almacenar” mercancías o gestionar el transporte en su conjunto? ¿Cuánto tiempo, espacio, recursos, energía y esfuerzo le cuesta a la ciudad gestionar los activos? Mucho, dependiendo por supuesto del tamaño y la vocación de la ciudad, pero el coste sigue siendo muy alto.
En este caso, el uso de Blockchain en soluciones basadas en la nube para supervisar la transición de los productos a lo largo de todas las cadenas de suministro (no solo para la parte de logística de la ciudad) podría proporcionar un conjunto de información para organizar los sistemas de distribución en tiempo real. Una mejor información significa mayor disponibilidad y optimización en el transporte y almacenamiento de cualquier activo. Menos tiempo y espacio significa un importante ahorro para la comunidad, en algunos casos significa evitar costes para la comunidad en términos de consumo de recursos y degradación del medio ambiente.
El aumento de la eficiencia en la distribución mediante la gestión de los productos como activos inteligentes reduce el espacio necesario para el almacenamiento y puede que algún día pasemos del Just In Case (JIC) al Just In Time (JIT). Al disponer de más espacio gracias a la optimización de la gestión de las mercancías, la logística y los sistemas de transporte, las ciudades inteligentes se benefician de una mayor disponibilidad de espacio y de nuevas funciones innovadoras para los antiguos espacios de almacenamiento.
Las plataformas inteligentes necesitan primero la identidad digital
Un requisito fundamental para cualquier tipo de plataforma (no sólo para las ciudades inteligentes) es la gestión de la identidad. Quizá pueda decirse que uno de los motores del concepto de plataforma de ciudad inteligente fue la posibilidad de gestionar la identidad de los objetos que componen y contribuyen a la creación de servicios. El escenario en el que se enmarcan las perspectivas de las ciudades inteligentes se compone de la certeza de una asociación entre datos y sujeto y entre datos y objeto.
Combinar las identidades digitales con los activos inteligentes significa que podemos autorizar a las cosas que poseemos, que están registradas en Blockchain, a iniciar transacciones en nuestro nombre. El sistema de calefacción de la casa puede pagar su factura y es reconocido como un sistema con su propia identidad, asociada a la de su propietario, el frigorífico puede pedir leche cuando se está agotando y de nuevo entra en la cadena de pago con su propia identidad asociada a la de su propietario, el coche puede autoprogramarse para su revisión anual, etc. Los activos inteligentes registrados en la Blockchain permiten verificar e identificar la propiedad y los derechos y obligaciones relacionados. En este escenario, en perspectiva, el robo, al menos en su acepción actual, sería imposible, es decir, no sería posible utilizar un bien desvinculado de la persona que tiene los derechos de propiedad. En este escenario, el blockchain permite rediseñar los principios y la lógica de la gestión del riesgo y la seguridad ciudadana.
Cómo votar en las plataformas de ciudades inteligentes
Todos sabemos lo importante que es el ejercicio del voto para nuestra democracia, y también sabemos lo mucho que este ejercicio es objeto de debate y confrontación. El voto es uno de los medios por los que se expresa la voluntad del pueblo. El ejercicio de este derecho tiene un coste muy elevado, y ésta es una de las razones por las que se han desarrollado formas de sondear la voluntad del pueblo, o el “sentimiento”, como las numerosas encuestas que acompañan cada momento de nuestras vidas y que a menudo actúan como una especie de “sustituto” del voto.
Independientemente de los méritos de la situación y de las cuestiones que se plantean, la posibilidad de recoger la opinión y la valoración de los ciudadanos es un valor. A continuación, corresponde a los políticos leer e interpretar las señales procedentes del voto, pero para las ciudades que aspiran a ser cada vez más inteligentes y a basar sus decisiones en el conocimiento, simplificar el proceso de votación es un valor estratégico. Por ello, la votación tiene derecho a convertirse en un elemento básico de las plataformas de ciudades inteligentes, y la tecnología digital, y el blockchain en particular, pueden permitir revisar y replantear la lógica del pasado.
La identidad digital en el centro de las plataformas de ciudades inteligentes
Con la Blockchain, se podría pedir a los ciudadanos que se autentifiquen utilizando su identidad digital para votar en las elecciones locales, regionales o nacionales desde la comodidad de sus hogares. El voto en sí no es identificable por la Blockchain, pero el recuento de votos y la legitimidad de los votantes sí lo es. Cualquier ciudadano que utilice blockchain podrá controlar el voto de forma independiente. Se puede pensar en un sistema de auditoría en el que cada ciudadano pueda comprobar y pueda ver claramente que todos los votantes han votado legalmente.
Este tipo de votación no sólo proporcionaría más confianza en el proceso electoral, sino que también disminuiría el costo del voto en la medida en que muchas más decisiones podrían basarse en un conocimiento más preciso de las opiniones de los ciudadanos.
También hay que decir que en una ciudad inteligente, las decisiones ni siquiera tienen que ser el resultado de una votación tradicional, sino de un sistema de votación que permita construir el consenso a través del debate. El sistema tradicional de votación por mayoría simple puede ser sustituido por sistemas de toma de decisiones que requieran el acuerdo de una parte más amplia de la comunidad o incluso de toda la comunidad. Estos sistemas pueden dejar abiertas al debate decisiones importantes hasta que la comunidad llegue a un consenso. Así, Blockchain puede abrir nuevas formas de innovación en la gestión de la relación entre las administraciones públicas y los ciudadanos y permitir variantes de democracia directa que nunca antes se habían planteado.