¿Qué mundo sería sin la web? ¿Y qué web sería sin JavaScript? Desde los primeros años de Netscape e Internet Explorer, cuando el navegador aún preguntaba a los usuarios si querían habilitar el componente o no, JavaScript dio grandes pasos, consolidándose como un lenguaje de scripting por excelencia para gestionar eventos, métodos y propiedades del DOM (Document Object Model), es decir, la estructura de los elementos gráficos y textuales que componen una página web. Conocé las herramientas front end que desarrolló a largo de su historia.
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La evolución de Java Script
A medida que aumentaba la complejidad de los sitios web, principalmente gracias al éxito de los CMS y las plataformas de comercio electrónico, los desarrolladores se vieron obligados a simplificar la gestión del código, tanto desde el punto de vista de la front end (las manipulaciones del CSS y los elementos del DOM) como desde el punto de la interacción con el back end (el AJAX exige operaciones CRUD en las bases de datos).
Con jQuery, salieron a la luz las primeras propuestas de bibliotecas que podían usarse a través de CDN (Content Delivery Network): estas bibliotecas podían incluirse en un sitio web recordándolas en el encabezado y ofrecían objetos y funciones que podían usarse dentro de las páginas. Esto permitía a los desarrolladores optimizar los tiempos de publicación de un proyecto, pero aún no era suficiente para hacer frente a los desafíos que planteaba la creciente fluidez de las páginas web.
Principalmente gracias a las redes sociales, JavaScript ahora se utiliza en una infinidad de dispositivos móviles, a los que las versiones existentes o “sabores“, como se denomina a las distintas declinaciones del lenguaje, no podían adaptarse de manera óptima. Debido a los desafíos que imponía la interfaz de un famoso tablón de anuncios, JavaScript dio uno de sus saltos más significativos, dando origen al entorno React.
React y Angular
React se utilizó por primera vez en el servicio de noticias de Facebook en 2011. Su estructura innovadora hizo que la front end de Facebook fuera capaz de adaptarse dinámicamente a todos los dispositivos móviles sin sacrificar el rendimiento. El éxito de React fue enorme y su naturaleza de código abierto hizo que se difundiera incluso en sitios web ajenos a la red social de la que nació. Su creciente popularidad provocó la reacción inmediata de los competidores de Facebook, y fue Google quien lanzó la primera alternativa exitosa con su framework Angular, cuyo objetivo era conquistar el segmento de las aplicaciones de una sola página y los portales verticales B2B.
Vercel
React y Angular tenían facetas complejas que dificultaban la gestión para algunos de los desarrolladores web, que buscaban un marco cuyo arranque fuera sencillo sin tener que delegarlo en un proveedor externo. Vercel era la solución perfecta: su nuevo marco ofrecía una configuración fácil de gestionar, sin tener que renunciar a ninguna de las funciones de escalabilidad y rendimiento que ofrecía la competencia. De hecho, un factor crucial que determinó el éxito de Vercel fue su sencillez de administración desde el punto de vista del back end, que liberó al desarrollador web de una serie de tareas relacionadas con la configuración de las aplicaciones de servidor.
El encanto de la vieja escuela
Sin embargo, los marcos de JavaScript, debido a su arquitectura de bloques, empezaron a parecer demasiado restrictivos para algunos desarrolladores, que se enfrentaban a la rigidez de los patrones esperados. Además, la continua evolución del mundo web hacía que fuera arriesgado centrarse en un marco específico, que no siempre estaba al día con las últimas novedades en términos de protocolos y seguridad.
Por lo tanto, algunos desarrolladores sintieron la necesidad de volver a la libertad del Java Script original, ahora definido como plain Vanilla debido a su ausencia de superestructuras en comparación con los marcos que lo habían seguido. Ante la pérdida de la comodidad que ofrecían las funciones y los objetos prediseñados, los desarrolladores recuperaron la libertad de tener el control total sobre la aplicación desarrollada y de poder utilizar libremente cualquier tecnología disponible.
Cada uno con lo suyo
Evaluar qué herramientas front end de Java Script se adaptan mejor a un proyecto no suele ser fácil: se puede confiar en los numerosos CMS que simplifican la vida del desarrollador, pero que pueden resultar una pesadilla en caso de personalizaciones inesperadas; se puede optar por un marco de objetos que disponga de una serie de facilidades para gestionar la interfaz a costa de una mayor complejidad de mantenimiento; o se puede optar por la libertad absoluta del Vanilla Java Script.
La elección de las herramientas front end que se utilizarán para desarrollar las interfaces tiene un impacto decisivo en el futuro de la aplicación, y tomar una decisión equivocada también puede provocar el fracaso del proyecto. Un factor importante en esta evaluación es si existen o no complementos adecuados para realizar determinadas funciones críticas de la aplicación.
Imaginemos, por ejemplo, que se nos pide que desarrollemos un sitio de comercio electrónico con el apoyo de una cartera de criptomonedas. En este caso, deberíamos plantearnos si queremos embarcarnos en el compromiso de desarrollar la interfaz RPC para gestionar las llamadas a la cartera, o utilizar un framework en el que ya exista un plugin que se ocupe de los aspectos más técnicos, lo que nos permitirá centrarnos en la lógica general de la aplicación.
Luego, es necesario evaluar si nuestra aplicación web debe publicarse de forma independiente, en su propio dominio o integrarse en un ecosistema más estructurado, como SharePoint o Teams. En este caso, podría ser una buena idea intentar desarrollarla con un marco diseñado para la integración con ese entorno, comprobando primero que el flujo lógico sobre el que queremos estructurar nuestra aplicación es compatible con los criterios de seguridad del ecosistema deseado.
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